Ante la inminente salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, científicos y expertos sentencian la gravedad de dicha decisión.
El 1 de junio de 2017, el presidente Donald Trump anunció la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París respondiendo a sus promesas de campaña en pro de los intereses económicos de la nación. Posteriormente, en noviembre de 2019 el Secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció el inicio de la formalización de la salida de Estados Unidos de dicho Acuerdo, que finalmente se concretará el próximo 4 de noviembre de este 2020, al día siguiente de las elecciones de Estados Unidos.
El histórico Acuerdo de París sobre el Cambio Climático fue firmado en abril de 2016 por 195 países miembros, y establece las medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a través de la mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas a efectos del Calentamiento Global, mismo que entró en vigor este 2020.
Mientras docenas de países persiguen objetivos para alcanzar emisiones netas cero para 2050, estos representan tan solo alrededor del 11% de la huella climática mundial, y entre ellos no se encuentran los mayores emisores: China, Estados Unidos e India. Donald Trump ha seguido el protocolo para formalizar su retirada de dicho Acuerdo desde el anuncio del pasado mes de noviembre hasta la fecha, convirtiendo a Estados Unidos en el único país del mundo que no participará en el pacto.
El Acuerdo de París busca limitar el aumento de la temperatura de la Tierra por debajo de los 2 grados Celsius. Si bien es ésta una hazaña radicalmente ambiciosa, los científicos globales han demostrado repetidamente, a través de informes profundamente examinados, que la civilización debe lograrlo para evitar las peores consecuencias de un clima alterado.
Que Estados Unidos, uno de los mayores emisores de carbono de la humanidad, abandone el proceso diplomático formal, no sólo no ayudará a mitigar el cambio climático planetario, sino frenará el éxito global para evitar una catástrofe climática que, finalmente, afectará a todo el Planeta.
–Cambio climático: ¿Qué estamos haciendo por nuestras montañas?–
De acuerdo a un selecto grupo de economistas del Instituto Grantham para el Cambio Climático de la London School of Economics, quienes examinaron el caso económico de la retirada de Estados Unidos, dicho país sufrirá graves daños económicos si las temperaturas suben por encima del umbral de 2°C, lo que a su vez generará pérdidas crecientes en la infraestructura y la propiedad (el mercado de energías renovables sería ocupado por otras potencias), e impedirá la tasa de crecimiento económico. En cambio, afirman estos expertos, de continuar con los lineamientos del Acuerdo, Estados Unidos tendría un beneficio neto de $39 mil millones de dólares en 2030.
No obstante, violando la responsabilidad que tiene ante el cambio climático, ¿qué ejemplo le está dando Estados Unidos al mundo?, ¿a qué compromiso deberán responder otras naciones como China e India?
–Pandemia: una oportunidad para aprender y evitar catástrofes ambientales–
Ante los climas menos predecibles, inundaciones, huracanes, sequías, olas de calor, el aumento del nivel del mar, en lo que se debe pensar es, más que en una crisis climática, en una crisis de la sociedad humana y de la biosfera que nos sustenta, esto es, de una profunda crisis en términos de salud, pobreza, racismo y seguridad. La decisión de Trump es un atentado contra las áreas más pobres y las comunidades más rezagadas del Planeta.
Por poner un ejemplo sencillo, de acuerdo a un artículo de Quartz de 2018 de Bartees Cox, citado por el científico ecologista Adrienne L. Hollis, las personas negras tienen más probabilidades que las personas blancas de vivir cerca de vertederos y plantas industriales. Además, más de la mitad de los 9 millones de personas que viven actualmente cerca de sitios de desechos peligrosos en Estados Unidos son personas de color. Asimismo, un estudio del New England Journal of Medicine mostró que las personas negras tienen tres veces más probabilidades de morir por exposición a contaminantes del aire que las personas blancas.
Finalmente, esto revela que la acción política de Trump contra el cambio climático está basada en un racismo ambiental, una negligencia intencional que, además, abandona a las futuras generaciones. Y la retirada del Acuerdo de París no lo es todo, la administración de Trump también ha terminado con los compromisos de financiación de Estados Unidos para ayudar al mundo en el desarrollo de la reducción de la contaminación.
Si en las próximas elecciones de Estados Unidos, Trump es reelegido como presidente, muy probablemente se consolidará la retirada a largo plazo de dicho país del Acuerdo de París.
-CAMBIO CLIMÁTICO: QUÉ TENEMOS QUE RE-APRENDER DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS-