El turismo al aire libre es una opción más consciente frente a la huella de carbono generada por el turismo descontrolado.
¿Te has preguntado alguna vez si viajar contamina? Viajar incluye transporte, alojamiento, alimentos y bebidas, souvenirs, ropa, cosméticos y otros bienes. Pero no todos los viajes son iguales. Lo sabemos. No es lo mismo un viaje de escalada al sector cercano a casa, acampando y cenando bajo las estrellas, que un viaje al otro lado del mundo, tomando seis vuelos distintos, grandes hoteles y demás lujos.
Pero, pongámoslo sobre la mesa, ¿cuánto contamina la industria turística?, y ¿cuál puede ser la mejor forma de viajar para reducir nuestra huella de carbono?
El turismo contribuye de manera significativa al producto interno bruto mundial, superando así a muchos otros sectores económicos; esto es, mueve miles de millones de dólares anualmente, una de las razones por las cuales es promovido por prácticamente todos los gobiernos.
Ahora bien, de acuerdo a investigadores de la Universidad de Sydney, la Universidad de Queensland y la Universidad Nacional Cheng Kung, el turismo global produce alrededor del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Entre 2009 y 2013 las emisiones crecieron un 15%, de 3,9 gigatoneladas (Gt) de dióxido de carbono equivalente (CO?-e) a 4,5 Gt. Los países responsables de las mayores emisiones son Estados Unidos, China, Alemania e India, en ese orden. ¿Cuáles son los lugares más afectados por estas emisiones? Las islas, en donde la contaminación viene de visitantes internacionales.
Entonces, si sentimos cierta responsabilidad ambiental, si la conciencia sobre las problemáticas climáticas que afectan directamente al ser humano determinan nuestras acciones, ¿cómo podemos pensar un turismo más responsable? Definitivamente este tendría que ser uno que «satisfaga las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades», como se afirmó en el informe del turismo sostenible Brundtland de 1987. Esto es, un turismo regido por sus impactos económicos, sociales y ambientales.
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El outdoors, un tipo de turismo con menor huella de carbono
Un turismo que naturalmente fomenta operaciones bajas en carbono es el outdoors, entendido en su carácter tradicional. La recreación y el turismo al aire libre, realizado regionalmente, bajo normas de conservación y protección de las áreas naturales, y a través de una educación ambiental fuerte, representa un servicio importante mediante el cual el público se identifica con los recursos naturales y los comprende mejor.
Sin duda, las actividades de aventura al aire libre son una forma de turismo sostenible con potenciales implicaciones para la comprensión y compromiso con el medio ambiente y el bienestar personal y social. Por ello, sin duda, los impactos económicos estimados de la recreación al aire libre y su sostenibilidad pueden ser útiles para crear una política de desarrollo económico regional en áreas de conservación en todo el mundo.
Si bien toda salida a la montaña representa una huella de carbono, ésta es mucho menor que la generada en los viajes turísticos que tienen por destino parajes exóticos, remotos, con grandes hoteles «todo incluido» y traslados en vuelos y coche por largas distancias. Pensemos, por ejemplo, en el tipo de alojamiento elegido por practicantes de deportes outdoors: un coche casa, un camping o vivac, una cabaña en el bosque; estas son las opciones que suelen optar. ¿Cuáles son sus fuente de energía? Generalmente renovables. ¿Cuál es su consumo energético? En el más «lujoso» de los casos, quizá algo de calefacción o aire acondicionado e iluminación elemental. ¿Qué tipos de alimentos escogen? Locales.
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Cómo realizar viajes outdoors más conscientes
Considera, en primer lugar, el costo del carbono de los vuelos de avión, elige compensar sus emisiones cuando sea posible y apoya a las empresas de turismo que tienen como objetivo operar de manera sostenible. Asimismo, estos son algunos consejos que funcionan:
Viaja ligero: escoge siempre todos los artículos y objetos que te permitirán dejar menos huella a donde vayas. Por ejemplo, usa botella de plástico duradero en lugar de comprar botellas de plástico de un sólo uso.
Viaja grupalmente: organiza tus salidas usando todos los espacios disponibles en el coche y comparte trayectos. De ser posible elige traslados en bus y transporte público en lugar de tu coche privado.
Evita los vuelos de avión: Evitar los viajes en avión por completo es una forma impactante de reducir sus emisiones de carbono. Trasladarse en coche es más ecológico que en avión, así que siempre que puedas, escoge conducir, pedalear o caminar.
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«La aviación podría llegar a representar el 12% de las emisiones globales para 2050, incluso si cumple con sus objetivos CORSIA autoimpuestos a través de mejoras técnicas y biocombustibles al 100%. Si no es así, la participación de la aviación en el presupuesto de carbono podría llegar al 27%».
(carbonbrief.org )