Fotos: Miguel Casar, cortesía de Mariana Mendoza.
Mariana Mendoza vuelve de su viaje a Sudáfrica con dos V10 y dos V11. Conoce la filosofía de esta mexicana que lleva la escalada a otras dimensiones.
Mariana Mendoza lleva escalando poco más de una década. Radica en Los Ángeles, Estados Unidos, donde trabaja en proyectos de justicia social, problemas de migración, indigenismo, medio ambiente, a través de organizaciones comunitarias e instituciones académicas.
Originaria de Ciudad de México, Mariana se ha consolidado como una de las escaladoras más fuertes del país, sumando algunos V10, el primero Fern Roof en Hueco Tanks hace unos años, y V9. En su reciente viaje a Sudáfrica estuvo compartiendo su pasión y filosofía por este deporte con otros mexicanos como Andy Skivias, Alex Casar y Franz Weber, paraíso de la escalada donde logró encadenar Hellfire y Hatchling (segundo ascenso femenil mexicano tras el de María Almendra), ambos V11.
Freeman le realizó la siguiente entrevista donde las palabras de Mariana no sólo despiertan motivación entre los amantes de la escalada, sino que además inspiran para crear conciencia sobre le impacto que puede llegar a tener el deporte que practicamos en los espacios naturales.
Freeman (F): Mariana, platícanos un poco sobre el viaje de escalada a Sudáfrica.
Mariana (M): Es el paraíso de la escalada. Esta fue mi prima vez en Sudáfrica, era mi sueño ir desde la primera vez que vi videos de allá. Me encanta el estilo de la arenisca y estaba en mi lista de deseos desde hace tiempo y no sólo por la “ciudad” de roca que hay sino por el ambiente, la gente, los paisajes, la cultura.
Este es el viaje más largo que he hecho de escalada. Por mi trabajo, generalmente salgo un máximo de cinco días seguidos a escalar, así que fue increíble podernos tomar el tiempo para acostumbrarnos al lugar y los distintos estilos.
(F): A este Rocktrip fueron varios escaladores mexicanos, entre ellos Andy Skivias, Franz Weber, Alex Casar, Miguel Casar y Santiago Casar, así como la estadounidense Stefani Wallien y el ruso Rustam Gelmanov. ¿Cómo se vivió la compañía mexicana en la punta más al sur del continente africano y el que, además, muchas fueran mujeres?
(M): Fue increíble, sobre todo porque llevo tiempo viviendo fuera de México. Poder compartir con ellos, sentir su motivación y apoyo, sin duda fue clave para que este viaje fuera realmente inolvidable.
Algo que me encantó es que fueron varias mujeres, las mexicanas Andy y Ale Casar, así como Stefani Wallien de Estados Unidos y no sólo pudimos escalar juntas, sino además reflexionamos mucho sobre qué significa apoyarnos y motivarnos como mujeres. A veces podemos ser muy competitivas entre nosotras y creo que es importante cambiar eso.
(F): Encadenaste dos V11, Hellfire y The Hatchling, primeros de ese grado en tu lista, además de Caroline (junto con Andy) y Stalker on the Horizon, ambos V10. ¿Cómo te sientes con este logro?
Realizar mi primer V11 en Sudáfrica es muy significativo para mi; no sólo por ser un reto grande, sino porque durante dos años no escalé mucho, sufrí una lesión fuerte en la rodilla y después tuve complicaciones en mi recuperación, así que volver a escalar a este nivel, caer, probar cosas duras, fue increíble.
Encadenar el boulder Caroline, una línea espectacular, fue también super lindo, pues Andy y yo lo logramos el mismo día y claro, compartir ese momento estuvo super chido.
–Andy Skivias y Mariana Mendoza encadenan Caroline (V10), en Sudáfrica–
(F): En una de tus publicaciones en Instagram compartiste una reflexión sobre lo que significa el grado en la escalada para ti. ¿Nos platicas un poco sobre tu perspectiva?
(M): Sí, claro. Creo que es importante comenzar a preguntarnos qué significan los grados, quiénes los ponen y bajo qué “reglas”. Creo que el grado es algo que realmente muestra la dedicación de la gente al escalar, pero es relativo. Generalmente, el grado se determina por convención, pero quienes lo hacen suelen ser hombres, de estatura alta, blancos y con ciertas habilidades.
Por ejemplo, Hellfire es un bloque con un paso muy largo para gente alta, así que yo lo tuve que sacar dinámico. Reflexionando realmente cuánto esfuerzo toma para otras personas, por ejemplo de menos estatura, nos damos cuenta que ese grado no nos representa, no representa nuestro esfuerzo.
(F): ¿Crees que en un futuro la escalada, a nivel profesional, apostará más por apoyar a escaladores más altos?
(M): Como decía, la gente blanca, alta y generalmente hombres son quienes han tenido mucho más acceso al outdoors, a la industria y el desarrollo de estas zonas. La gran mayoría de los grados que se han puesto han sido por estas personas y naturalmente el grado está determinado por sus habilidades. Pero no creo que esto determine que en un futuro sean la personas altas las únicos que recibirán patrocinios o apoyo.
Creo que el deporte está creciendo mucho y cada vez hay más mujeres y gente de todos los tipos. Espero que esto dé acceso para que nosotras desarrollemos zonas, abramos boulders y se logre una mayor diversidad en la escalda, es decir, incluso pensar en que los mismos boulders pueden ser graduados muy diferente por hombres y mujeres, esto es, relativizar el grado.
(F): ¿Qué es lo que más aprecias de escalar? ¿qué te apasiona de este deporte?
(M): Para mi la escalada es increíble porque fomenta la comunidad. Tener el apoyo, las porras, el sentimiento de pertenecer a un grupo que quiere superarse y crecer y que además se logra en entornos naturales, me encanta.
Por ejemplo, en mi encadene del segundo V11 que saqué en Sudáfrica, Hatchling, realmente no lo hubiera logrado sin el apoyo que me dieron todos. Es un boulder muy alto, me daba miedo caer mal. Pero tener a gente abajo que están ahí, que tienen mi espalda, fue algo que permitió que me sintiera cómoda para apretar.
–¿Qué tan importante es hacer videos de tus ascensos de escalada?–
(F): Parte de tu labor profesional es integrar la escalada a problemáticas sociales y ambientales, ¿cómo lo realizas y cómo puede la escalada ser parte de la solución de estos retos?
(M): Estoy involucrada profesionalmente en el trabajo de los derechos indígenas en Estados Unidos. De alguna manera, toda la tierra de aquí fue robada a los indígenas. Creo que a través de la escalada debemos crear conciencia de la historia de esas comunidades, cómo apoyarlos y respetarlos. Esto sucede también en México. Desde la recuperación de los nombres nativos, del significado sagrado de sus montañas, así como crear oportunidades donde podamos responder a las necesidades de estos grupos a nivel social, cultural y económico.
La escalada tiene un enorme potencial en este sentido. Preguntarnos, ¿cómo estamos retribuyendo a lo que nos dan esos lugares donde escalamos? Tenemos un rol enorme y debemos aprender sobre las comunidades, la gente que vive en las tierras donde vamos a escalar.
Generalmente visitamos estos sitios con el argumento de “sólo vamos a escalar y respetamos el entorno”, pero no les damos de vuelta todo lo que nos brinda escalar en esas tierras que no son nuestras. ¿Cómo impactamos social y ambientalmente hablando, cómo apoyamos a los nativos? Creo que la comunidad escaladora puede ser una punta de lanza para darle voz y apoyo a la gente que vive en las montañas.
(F): Mariana, muchas felicidades por tus logros deportivos y, sobre todo, por poner énfasis en la escalada con consciencia. Gracias.
(M): Muchas gracias, un placer platicar con ustedes.