A los 12 años hizo un pacto: encumbrar el Everest. Entrevista a Jorge Hermosillo, siete expediciones a los Himalayas y tres ochomiles.
Originario de Estado de México, Jorge Hermosillo es uno de los más destacados alpinistas que ha tenido nuestro país. Con expediciones organizadas por el CEMAC (Club de Exploraciones de México A.C.), logró tres cumbres a ochomiles: al Cho Oyu, el Everest y el Gasherbum II, y un total de siete expediciones a los Himalayas.
«En realidad, mis padres no son montañistas, pero no sé, siempre me atrapó su belleza, desde los ocho años. Me fascinaba subir los árboles de 20 y 30 metros del camellón de la Calzada Camarones. Era un pasatiempo increíble.» – Jorge Hermosillo
Su vida en la montaña nace a temprana edad, cuando vivía junto al Río de los Remedios y subía primero caminando y luego corriendo al cerro del Chiquihuite. Pronto se ingenió su propio material para escalar las paredes verticales de la zona. Con cuerdas de henequén y armellas que conseguía en el supermercado el Gigante, se autoaseguraba.
Después descubrió que la escalada era un deporte y entró a la Escuela de Guías de México. A los 12 años ascendió el Popocatépetl, a los 13 años el Iztaccíhuatl y a los 14 el Pico Orizaba.
«En segundo de secundaria, con 12 años, dos amigos y yo hicimos un pacto en un árbol de la Calzada Camarones, sin conocer mucho de las montañas del mundo ni de qué se trataba. Por locura de mocosos, pactamos subir el Everest, la montaña más alta del mundo. Adrián Benítez era uno de ellos, el otro fue Alberto Hurtado.
Estábamos en el Instituto Cobre de México, Adrián y yo estudiamos juntos cinco años.
Al finalizar la secundaria cada quién tomó su camino. Un día, yo subiendo y él bajando, nos cruzamos en el Popo. «Lo conozco, lo conozco», pensé cuando él se dio la vuelta y gritó: «La Chula», a lo que yo respondí, «La Benita», esos eran nuestros apodos. Nos abrazamos. Seguíamos en el montañismo.
La promesa fue muy profunda, fue un objetivo de vida y empezamos a salir de nueva cuenta juntos a la montaña.
Cuando él falleció en el K2 teníamos planeado subir el Cho Oyu, seguramente hubiéramos estado juntos en el Everest.
Adrián fue un eje, le tenemos un aprecio de esos fregones, yo tengo mi cachito con el Adrián.» – Jorge Hermosillo
A los 18 años ya tenía su título de guía de montaña y realizó en el CEMAC un curso de alta montaña. A los 20 años llevó a cabo su primera expedición al Aconcagua junto con Jorge Luis Brito Morán, en 1980.
Fue a Cerro Plata en 1981, a Cerro Vallecitos en 1981, al Yerupajá y Rasac en 1981, al Yerupajá, Rasac y Tocllarraju en 1982; al Huandoy y Huascarán en 1984; y al Tacaná en 1987.
En 1988 fue por primera vez al Himalaya, en una expedición que tuvo un permiso para intentar un ascenso al Gasherbrum II por una nueva ruta. Realizó un intento al Gasherbrum I, pero no logró cumbre.
«En 1994 intentamos sin éxito el Cho Oyu, en una expedición de 10 integrantes. Finalmente, en 1996 logré llegar a la cima de este ochomil.» – Jorge Hermosillo
En 1993 logró el récord de ascenso de las tres montañas más altas de México en 16:40 horas, así como el récord nacional a las 10 montañas más altas de México en 6 días.
En el 2002 llegó por primera vez a la cumbre del Everest, en una expedición del CEMAC, en la que el ascenso se realizó en estilo semialpino, usando dos botellas de oxígeno en la última parte, pero sin ayuda de porteadores.
«Sin ningún tipo de ayuda, nos cocinamos, cargamos el equipo, montamos campamento y ascendimos. Fuimos cuatro personas del mismo Club (CEMAC) quienes llegamos al techo del mundo en el mismo día, Demetrio Carrasco, María del Carmen Peña Monroy, Javier Salazar y yo. Sin duda, un momento único en la historia de los ascensos no comerciales a esta montaña. La satisfacción fue inmensa.» – Jorge Hermosillo
María del Carmen Peña Monroy se convirtió en esta ocasión en la cuarta mexicana en subir el Everest. Sin duda, una mujer que abrió huella en el alpinismo de nuestro país.
«María del Carmen era un referente, una mujer de altísima admiración. Con treinta expediciones al extranjero, subió las diez montañas más altas de América: Aconcagua (6,962msnm), Pissis (6,882msnm), Incahuasi (6,638msnm), Walter Penck (6,658msnm), Ojos del Salado (6,864msnm), Tres Cruces (6,749msnm), Bonete (6,759msnm), Mercedario (6,770msnm), Llullaillaco (6,739msnm) y Huascarán (6,764msnm). Intentó el Cho Oyu y el Gasherbrum I.» – Jorge Hermosillo
En el 2016, a 8,300msnm y 200 de la cumbre del Everest, Jorge Hermosillo y Jorge Salazar dieron marcha atrás para ayudar a su compañero Luis Álvarez quien se había quedado ciego.
La historia entre Jorge y las montañas continúa. Actualmente se encuentra abriendo una nueva ruta de 450 metros de altura en las Cascadas de Nanchititla en Luvianos, Edo. Méx.
Detrás de todo gran alpinista hay una clara posición frente a los principios del montañismo. Jorge Hermosillo, partidario del estilo alpino, ha buscado defender, más que el material empleado (botellas de oxígeno, sherpas, etc.), generar el mínimo impacto en la montaña.
» Los estilos dependen de la montaña que se trate. Por su puesto, todo buen alpinista querrá ir cargando su propio equipo. Hace 20 o 30 años era imposible subir en estilo alpino, pero hoy en día, la evolución del equipo, la preparación, la tecnología, han permitido que se logre subir sin porteadores ni oxígeno.» – Jorge Hermosillo
El problema, de acuerdo a Hermosillo, no es tanto si se usa o no oxígeno o sherpas, el problema está en el impacto ambiental que esto ocasiona.
«El problema en las grandes montañas es que se han otorgado más permisos de los que deberían de tener. Por eso nos encontramos los campo base llenos de basura, contaminación de mantos freáticos y un buen número de desafíos ambientales que ahora tenemos que resolver. Sucede lo mismo en nuestras montañas. Si uno observa la cañada debajo del refugio Iglú en el Pico de Orizaba, encuentra una cantidad de basura abrumadora. Lo que hace falta no es tanto analizar si las botellas de oxígeno están «bien o mal» en términos deportivos, está claro que son dos cosas distintas. Lo que realmente hace falta es generar cultura de montaña, sólo así se protegerán estos entornos naturales y eso es lo que urge. No se trata sólo de traer tu basura de vuelta sino toda la que te encuentras en el camino.» – Jorge Hermosillo
Hablando sobre las restricciones de acceso a la montaña, Jorge lo tiene claro, se han de otorgar un número específico de permisos de acuerdo a la capacidad de la montaña en cuestión.
«El problema no es sólo en el Everest ni en alta montaña. En México la media montaña, el Ajusto, San Miguel de Allende, en el monte Tláloc, el Nevado de Toluca, tenemos severos problemas de basura, depredación, deforestación por todos. Perdemos miles de kilómetros de bosques al año. Esto es lo que puede frenar la cultura de montaña y, de verdad, es urgente.» – Jorge Hermosillo
La vida deportiva de Hermosillo no se reduce al alpinismo de alta montaña, el mexicano ha destacado en escalada en roca (entre otros grandes logros, escaló el Half Dome en Yosemite en 1996 y el Capitán en 1998), ha realizado descenso de los ríos más difíciles de México (como del Temascaltepec, la Venta y S. María), espeleismo (ha realizado todos los tiros más largos en cavernas mexicanas), ha realizado mtb y bici de ruta, así como ultratrails y carreras de aventura en distintos países.