Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo y dueño, entre otras empresas, de Amazon, publicó el pasado 18 de febrero del 2020 que donaría 10 mil millones de dólares para abordar el cambio climático a través de la nueva Bezos Earth Fund, una cantidad de dinero que muy pocas personas en el mundo verán en su entera vida.
El fondo estará destinado para ayudar a los científicos y activistas climáticos, y forma parte de los esfuerzos filantrópicos de Bezos. “El cambio climático es la mayor amenaza para nuestro planeta”, afirmó en su cuenta de Instagram. “Quiero trabajar junto a otros para amplificar las formas conocidas y explorar nuevas para combatir el impacto devastador del cambio climático en este planeta que todos compartimos”.
Asimismo, en septiembre del año pasado presentó su Compromiso climático, en el que dijo que Amazon cumpliría los objetivos del acuerdo climático de París diez años antes de lo previsto y que sería neutral en sus emisiones de carbono para el 2040. Como parte del compromiso, confirmó que Amazon estaba ordenando 100,000 camiones de reparto eléctrico y utilizará energía 100% renovable en toda la compañía para 2030.
Lo anterior surge después de que sus propios empleados -el grupo Amazon Employees for Climate Justice- realizaron diversas manifestaciones públicas, así como una carta que fue firmada por más de 8,700 trabajadores criticando el papel de la compañía para contribuir al cambio climático. En 2018, Amazon hizo pública la huella de carbono que genera la empresa: 44.4 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono sólo en dicho año. Esto la coloca entre los primeros 150 o 200 emisores del mundo, junto con los productores de petróleo, gas y fabricantes industriales.
10 mil millones: ¿cuánto dinero es realmente?
Sin duda, mucho, muchísimo. Pero, ¿en términos objetivos, puede realmente frenar significativamente el cambio climático? La respuesta es un tanto más confusa.
La donación de 10 mil millones de dólares realizada por Jeff Bezos podría generar cambios significativos frente a la crisis climática y es un buen gesto del interés filantrópico del empresario. De hecho, ha sido uno de los fondos más grandes destinados a causas ambientales a nivel global y de acuerdo a las declaraciones realizadas por Jeff Bezos que afirman que se buscará que Amazon sea neutral en sus emisiones para el 2040, podrían darnos esperanzas.
Amazon es una de las compañías más ricas del mundo, con un valor bursátil de aproximadamente $900 mil millones de dólares. Ahora bien, la empresa envía 10 mil millones de artículos a consumidores de todo el mundo cada año utilizando aviones, camiones y otros vehículos que queman combustibles fósiles.
“Dan con una mano, lo que quitan con la otra”.
– Slavoj Zizek
Para muchos críticos ambientalistas, el problema es que con dicha donación Bezos no está resolviendo el problema de raíz: el consumo desmedido, y la razón es obvia, Amazon promueve el consumo fácil y desenfrenado. Por ello, Bezos continúa apoyando a las compañías de petróleo y gas, financia empresas que niegan el cambio climático, como el Competitive Enterprise Institute y usa camiones diesel.
Además Amazon, afirman los críticos, no está optando por apoyar políticas públicas -donde podría ejercer un verdadero cambio en las estructuras de un sistema que se está acabando al Planeta-, porque eso afectaría directamente a su empresa, y por ello elige invertir en acciones privadas, sin interferir directamente con nuestros estilos de vida normales que consumen carbono, incluida la compra de productos en Amazon. “Quiere obtener ganancias en negocios que contribuyen directamente a la catástrofe climática”, dijeron los propios empleados de la empresa.
A su vez y para poner un ejemplo que permite entender mejor qué tantito son los 10 mil millones de dólares donados por Jeff Bezos, el huracán Sandy causó al menos 70 mil millones de dólares en daños. Frente a una crisis climática avanzada, con más desastres naturales y en peores circunstancias, ¿qué impacto positivo podrían tener esos 10 mil millones de dólares?
Finalmente, caer en radicalismos o posiciones alarmistas tampoco genera soluciones inmediatas. Si las políticas ambientalistas propuestas por Amazon se convierten en una realidad para el 2030 será una de las empresas más verdes a nivel global y, sin duda, un gran referente de cómo las “necesidades” del humano y la tecnología pueden convivir en armonía con la naturaleza.