Daniel Navarro, el alpinista mexicano que a sus 37 años le ha realizado 493 ascensos al Iztaccíhuatl.
Daniel Navarro creció en el municipio de Ecatepec, en el Estado de México. Desde pequeño tuvo la fortuna de estar rodeado de una familia atraída históricamente por las montañas mexicanas.
Su madre Alejandrina Arenas escaló por muchos años, quien a su vez había aprendido el arte de la exploración alpina de su padre Trinidad Arenas, abuelo de Daniel.
“Mi abuelo era mecánico. La familia tenía talleres en la Agrícola Oriental. Mi madre recuerda que desde pequeña observaba las fotos del Popo y el Izta que colgaban de las paredes del taller. Allí crecí yo también y sí, siempre sentí una atracción por esas fotos.” – Daniel Navarro
Desde temprana edad Daniel visitó el Izta con sus tíos y abuelos. A los 15 años comenzó a hacer alpinismo más en forma. Con 19 años realizó su primer viaje a Perú en busca de montañas altas. De los 16 a los 19 años trabajó como voluntario en el Socorro Alpino de México.
“Sin saberlo, fue realmente una gran oportunidad no sólo por lo que aprendí en el Socorro Alpino, sino porque me tocó vivir cosas únicas, como por ejemplo, estar en el Sky Running del Izta cuando Ricardo Mejía rompió el récord de ascenso. Ese gran momento en el que los ascensos a altas montañas iban a tener un giro radical; el surgimiento de la velocidad y el equipo liviano.” – Daniel Navarro
Se puede decir que la familia de Daniel vivió la evolución del alpinismo mexicano de los años 40’s hasta la actualidad. Su abuelo, quien tenía su propio club alpino conformado por amigos en la cuarta década del siglo pasado, realizaba alrededor de dos expediciones al año al Popo. Con equipo construido con sus propias manos, una expedición duraba alrededor de cinco días, comenzando a caminar desde Amecameca.
Después, la generación de su madre vio la llegada del nuevo equipo de marcas nacionales y extranjeras: piolets, cuerdas, etc.
Finalmente Daniel ha tenido la gran ventaja de desarrollarse como alpinista en estos últimos 22 años que lleva en el montañismo, época en al que el material ha evolucionado a un paso acelerado.
493 ascensos al Izta
Daniel Navarro aprovechó cada temporada para ir a Perú durante varios años y el Izta fue la montaña donde desarrolló su preparación deportiva.
“Fue en aquella época que leí un artículo en una revista que hablaba sobre los 300 ascensos de un alpinista al Pico de Orizaba. Entonces me propuse contar mis ascensos, pues hacía tres a la semana y de acuerdo a mis cálculos podía lograr unos 300 ascensos en tres años. Bueno, no llegaron a los tres años, pero sí a los cinco.” – Daniel Navarro
Desde hace unos años Daniel tiene su propia empresa de expediciones. Si bien continuó contando sus ascensos al Izta, el objetivo de sumar cimas fue cambiando con el tiempo y en base a compartir su experiencia con sus clientes.
“Ahora mismo tengo 493 ascensos al Izta. Sé que pronto llegaré a los 500, pero la verdad ese ya no es mi objetivo primordial. Claro que me motiva, pero con el tiempo aprendí que lo más importante de esos ascensos no es tanto el número que ocupan en una larga lista, sino más bien, con quién los realizas. No sólo se trata de hacerlo, sino de cómo se hace, de con quién los compartes.” – Daniel Navarro
Crecer en Ecatepec, uno de los municipios más peligrosos de México, fue sin duda una situación que mantuvo a Daniel cerca de la pobreza, la inseguridad, las drogas y otros problemas que peligran la adolescencia de cualquier joven. La montaña fue la salida, el lugar donde Daniel descubrió los valores humanos, los retos más grandes.
Pero en aquel entonces la montaña estaba reservada para gente con cierto poder adquisitivo, gente que pudiera comprarse todo el material. Si bien existían empresas guías de montaña, el costo que había que pagar para realizar un ascenso no estaba al alcance de todos.
Daniel Navarro decidió hacer su propia empresa guía de montaña. Su objetivo fue crear la posibilidad para que cualquier persona pudiera vivir la experiencia.
“Desde entonces me doy cuenta, cada fin de semana, que hay un cambio en las personas que intentan su primer ascenso, que arriba, en la cima, no hay diferencias de clase social. Cuando ves a alguien llorando en la cumbre, cuando ves que hacen nuevos amigos, te das cuenta que la montaña hace un bien. Pasó conmigo. Fue un cambio radical en mi vida y eso me lo dio el Izta, va más allá del número de ascensos, es algo que no se puede contabilizar pero que cuenta más.” – Daniel Navarro
Hasta hoy, Daniel ha guiado un buen números de ascensos alpinos. Sólo en el extranjero, ha sido guía y líder de expedición dos veces en Toqllaraju 6030msnm, cuatro veces en Vallunaraju, dos en Pisco, cuatro en Ishinca, tres en Urus, una vez en Yanapaccha, todas estas en Perú, así como dos en Chimborazo 6330m en Ecuador, una en Ojos del Salado 6891m en Chile y una en Matterhorn en Italia.
Las experiencias más fuertes
Daniel Navarro ha realizado alpinismo y escalada en un buen número de montañas en el mundo. En Italia y Francia, en Perú, Chile y Ecuador, en Estados Unidos. Sin duda, la lista de experiencias es larga.
“Una vez en Perú quisimos hacer un ascenso ligero y rápido a una ruta. Nos propusimos hacerlo en muy pocas horas, con material básico, pero nos agarró una tormenta y tuvimos que dormir a más de 5ooomsnm, a la mitad de la nada, toda la noche a menos 30 grados.” – Daniel Navarro
Navarro ha ido 16 veces a Perú. En ese país ha escalado prácticamente todas las montañas clásicas, como el Tocllaraju y sus 6000msnm.
“Una vez nos agarró una tormenta en el Chimborazo, en Ecuador, buscando la vía directa se nos desplazó una placa de nieve y nos tuvimos que pasar a la ruta normal pero con tormenta, mientras todas las expediciones bajaron. Estábamos perdidos y tuvimos que esperar a que amaneciera para poder ver el camino y hacer cima.” – Daniel Navarro
Y sus alas de aventura también lo han llevado a experiencias fuertes en las montañas mexicanas.
“En El Gigante, Chihuahua, escalamos la ruta Logical Progression y nos quedamos cinco días en la pared. No alcanzamos a salir en tres días que era lo planeado, pues arriba había un 13a que no podíamos sacar por el cansancio que teníamos. Bajamos como con 5k menos.” – Daniel Navarro
Hace unos años Carlos Rangel, de la UNAM, le comentó a Daniel que había explorado el desierto de Baja California Norte, donde encontró una zona remota con gran potencial.
“Nos fuimos a la aventura Juan Martínez, Fabiola Pineda, Adrián Alvarado y yo. Llegamos a la Sierra de San Pedro Mártir desde la playa, nos acercamos en unas 4×4 hasta la entrada cañón, de ahí realizamos una aproximación de cinco días caminando. Llegamos al pie del Picacho del Diablo, donde escalamos y abrimos una ruta. Todo iba bien hasta que, de vuelta, nos quedamos sin comida. Pasamos tres días con un sobre de sopa que al final nos robó un Cacomixtle. Tres días en medio del desierto, con hambre y alucinaciones.” – Daniel Navarro
Daniel lleva 22 años practicando alpinismo y escalada. Debemos decir que su carrera deportiva habla por sí misma y sin duda es un gran ejemplo para el montañismo nacional.
“Después de haber subido tantas veces a las montañas puedo decir que cada ascenso es diferente, singular. Por eso, una y otra vez quieres regresar.” – Daniel Navarro
Escalada en hielo, escalada deportiva y clásica, alpinismo técnico, esquí, Daniel ha probado diferentes disciplinas que lo han formado no sólo como un atleta polivalente, sino en una persona de montaña ávida de compartir su experiencia con los demás.