El logro de Daniel Araiza, quien conquistó su primer ochomil, el Manaslu, solo fue un escalón más para quien hace horas consiguió, en cordada, una nueva ruta de escalada en hielo en el Pico de Orizaba.
La conquista sin oxígeno del primer ochomil para un alpinista es un elemento ineludible en la carrera superando sus propios límites que, sin embargo, no se encuentran únicamente en lo más alto, sino también en lo más técnico y, de acuerdo al estilo elegido, en lo más pulcro del ascenso.
Actualización: durante la redacción de esta nota, Daniel Araiza, en cordada con Max Álvarez y el apoyo de Diego Montaño e Isabel Martínez, abrió la ruta “Serpent’s Tail” (WI5R 140 mts), nombrada en honor a la mítica y desaparecida por el calentamiento global, Serpent’s Head, en el Pico de Orizaba, un logro que, por sí mismo, deja marca en los libros del montañismo nacional.
Manaslu, el primer ochomil de Daniel Araiza; una carrera que apunta a la historia
Entrevista por Sofía Arredondo
El Manaslu, con 8156msnm, es el primer ochomil de Daniel, el primero que intenta y el primero que conquista. En un principio pensó que realizarlo en tres días sería lo adecuado, pero cuando supo que Héctor Ponce de León lo intentaría en menos de 24hrs, se apuntó al reto y lo logró en 20 horas 10 minutos.
“A las 12:10 del 1ro de octubre (hora de Nepal) llegaba por una fina arista a la cumbre del Manaslu donde Pemba me esperaba, nos felicitamos y nos tomamos algunas fotos. La felicidad me invadía y no podía contener las lágrimas, había logrado la cumbre de mi primer ochomil. Héctor no pudo estar ahí conmigo, lo cual me hubiera encantado, pero así es la montaña.” Daniel Araiza
Para hacernos una idea de la dureza de este deporte, cuando Daniel Araiza estaba en el campo base del Manaslu, hace unas semanas, había alrededor de 500 alpinistas esperando realizar su ascenso. Sí, eran tantos alpinistas en un mismo lugar porque en el mundo, como sabemos, tres de los catorce ochomiles son más accesibles por ser menos técnicos y arriesgados: Cho Oyu, Shisha Pangma y el Manaslu. Los dos primeros están en China y el gobierno de ese país no estaba dando permisos en ese momento para escalar esas dos montañas. Por ello, mucha gente se fue a intentar el Manaslu, en el Himalaya.
Pero, más allá de lo concurrido que estuvo el Manaslu durante esta temporada, lo que estos datos nos revelan, comparados con el número de personas en el mundo que han conseguido la cima de los catorce ochomiles que hay, y que sólo suman cuarenta alpinistas, es lo realmente difícil de su conquista.
Como en cualquier ocho mil, los últimos cien metros para llegar a la cima fueron muy duros. Daniel se repetía a sí mismo “ya casi”, “estás cerca”, “ya casi” e intentaba continuar, aunque necesitaba parar cada pocos pasos. En dos ocasiones, nos platica Daniel:
“El Sherpa Pemba, quien me acompañó, volteó a verme después de sentir las ráfagas de viento que habían estado levantando remolinos en la cumbre. Y, entre el mal inglés y su mascarilla de oxígeno, lo que yo entendía era que diéramos marcha atrás; pero yo le decía que continuaría y que si quería regresar por mi estaba bien. Continuamos juntos hasta la cumbre.” Daniel Araiza
Naturalmente la mente y el cuerpo ya no reaccionan igual a partir de los 7,500msnm. No sólo les falta oxígeno, sino que el consumo de energía metabólica es mayor. Por cada paso, un alpinista debe respirar 15 veces a esa altura. Incluso pensar con claridad es difícil.
Cuando Daniel llegó a la cima tuvo varios sentimientos que le produjeron felicidad. Sin embargo, dice él, realmente no podía pensar en nada. Al estar por primera vez tan alto y ante una sensación que no conocía, sintió miedo.
“Pero, sentir miedo, fue algo bueno. Me puso en estado de alerta y saqué fuerzas para bajar.” Daniel Araiza
En la medida en que pierdes altura la lucidez regresa. Por encima de los 7500msnm se cruzó con Héctor Ponce de León, sin embargo, no dijeron muchas palabras, el cansancio no se los permitió y cada uno continuó su camino. Pero Daniel siempre sintió que le hubiera gustado hacer cumbre con Héctor:
“Para empezar, el ascenso fue su idea, yo no hubiera sido capaz de visualizar un objetivo así y el no poder compartir cumbre con él sí me pesó. No obstante, fue como tuvo que ser y aprendí mucho”. Daniel Araiza
Ahora que Daniel ha vuelto a México, comienza a poner la mirada en sus próximos proyectos. Le gustaría intentar hacer algo más técnico y en otro concepto de expedición, quizá de nuevo como guía con su empresa Summit Pro, para lo cual tiene planes de realizar cursos especializados de guía en alta montaña.
Si bien todavía no tiene su próximo ochomil confirmado, piensa que lo más probable sea alguna cumbre en Pakistán. No obstante, confiesa:
“Desde luego que estaré buscando aprovechar las oportunidades que se presenten para regresar a estos colosos, pero no me preocupa cuál será el siguiente, me interesa, más que nada, que sea un ascenso rápido, guiado o algún reto personal, más que el empezar a palomear cumbres”. Daniel Araiza
Hace exactamente un año Daniel consiguió escalar The Nose, en Yosemite, en menos de 24 horas, una de las paredes más emblemáticas a nivel mundial, lo que le agrega un sabor más dulce a su ascenso del Manaslu este año, pues, como él mismo nos dice:
“The Nose en Yosemite y el Manaslu en el Himalaya, son dos logros icónicos que obtuve en menos de un año; dos facetas tan diferentes como la escalada en gran pared y el himalayismo en un estilo rápido y ligero. Esto me llena de motivación para continuar explorando diferentes tipos de escalada y seguir consolidándome como un escalador polivalente.” Daniel Araiza
Las cimas de Daniel son un logro personal y único en su carrera, así como del montañismo de México. Y, con el Manaslu, también fue parte de la nueva historia que se marcó, cuando Ponce de León Expediciones consiguió ser la primera empresa mexicana en guiar y lograr un ochomil, el de Eduardo Saenz Jr. el pasado 25 de septiembre, en la misma expedición al Manaslu.
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