Ningún grupo o país tiene más ascensos al Everest que los sherpas, sin embargo, la mayoría de sus cumbres no son reconocidas oficialmente.
El Monte Everest fue el lugar donde un grupo de sherpas exigieron reconocimiento al gobierno de Nepal. Los guías, porteadores y proveedores de servicios que hacen posible la gran mayoría de los ascensos por la vertiente tibetana dieron un mensaje en las faldas de la montaña el pasado martes: que les entreguen la certificación de sus ascensos.
Sherpas protest at Everest base camp, demand summit certificates – https://t.co/Te70Inys00 #THTPrint
— The Himalayan Times (@thehimalayan) May 3, 2017
A pesar de haber guiado varias cumbres en la temporada, los sherpas no han recibido los certificados correspondientes desde hace un año, pues las autoridades de Nepal se excusan en una clásula del Mountaneering Expedition Regulation, que señala que la certificación será entregada únicamente a los expedicionarios que paguen el permiso de ascenso.
Los sherpas enviaron un memorándum de cinco páginas al Ministerio de Cultura, Turismo y Aviación Civil, donde especifican que son cientos los guías que exigen sus certificados.
Nativos despojados, la historia de siempre
Los sherpas fungen como la columna vertebral del alpinismo. En 1953, un par de montañistas llegaron a la cima del Everest por primera vez en la Historia: Edmund Hillary, quien figura como héroe y pionero, y Tenzing Norgay, el sherpa que aparece en la anécdota como música de fondo.
Y así ha sido desde entonces. De acuerdo con lo declarado por Da Gelje Sherpa al diario The Himalayan Times, más de 400 sherpas llegaron a la zona de Khumbu esta temporada, guiando y apoyando alpinistas rumbo a la cima del mundo, aunque no reciben ningún reconocimiento.
La ignorancia del gobierno es deplorable e intolerable. – Carta enviada al gobierno Nepalí. Citado por The Himalayan Times.
De acuerdo al diario, la comunidad montañista extranjera en el Everest se unió a la causa de los sherpas. Por otra parte, asegura que el gobierno trabaja en una actualización a la regulación oficial para que los trabajadores de alta montaña también sean considerados parte de la expedición y, en consecuencia, puedan recibir su merecido certificado.
Éste primer esfuerzo por certificarse puede ser la piedra de toque que les dé visibilidad en el panorama alpinista mundial y, si sus esfuerzos logran su cometido, tal vez dejen de ser la cara oculta del alpinismo.
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