Si los lugares donde practicamos actividades outdoor son aislados y remotos, ¿está bien salir? Nuestro comportamiento determinará el futuro de la pandemia.
El crecimiento de la pandemia del coronavirus es, afirman los expertos, exponencial en Latinoamérica. No se trata de entrar en paranoia, pero tampoco caer en la indiferencia. Si bien el potencial contagioso del COVID-19 depende de su naturaleza y de la persona contagiada, la epidemia es al mismo tiempo un fenómeno social: su éxito depende de cómo nos comportemos.
El pasado 19 de marzo la canciller Angela Merkel de Alemania dio un discurso televisivo instando a los ciudadanos donde afirmó, «somos una comunidad en la que cada vida y cada persona cuentan». Es oportuno retomar estas palabras porque hacen eco con el sentido de unidad que caracteriza a la comunidad outdoors de nuestro país y que, una vez más, puede ser el ejemplo de cómo debemos comportarnos frente a la empidemia que ahora apremia a la humanidad entera.
Sí, México todavía se encuentra en la fase 1 de acuerdo a las medidas adoptadas por el Gobierno del país; esto es, hasta el momento, los 118 casos confirmados de coronavirus son importados o de contacto, por lo que todavía no es necesario entrar a un estado de emergencia. No obstante, estamos a tiempo para responder a esta crisis de la mejor manera: evitando, a toda costa, el contagio.
Frente al cierre de escuelas, muros de escalada y gimnasios, así como la iniciativa del trabajo en casa, pareciera esta una buena oportunidad para salir a la carretera y visitar destinos donde se practican actividades al aire libre. Si se trata de lugares aislados, ¿cuál podría ser el riesgo?
La situación es un poco más delicada que si sólo se le mira desde la perspectiva anterior. Hay personas que transmiten el virus pese a no tener síntomas y esto dificulta radicalmente su contención, porque no hay manera de identificarlas y pueden estar contagiando a otras personas. Es decir, en una persona infectada no sólo los síntomas tardan 14 días en aparecer, sino incluso pueden no aparecer nunca y, sin embargo, puede ser portadora del virus (contagio a otras personas).
Entonces, si bien hemos escuchado el consejo «si te sientes mal, mejor quédate en casa», no es suficiente porque podemos ser transmisores del virus sin tener síntomas y sintiéndonos bien físicamente. Además, a lo anterior se suma el hecho de que los lugares que solemos visitar son rurales y remotos, donde podemos transmitir fácilmente el virus a un local en la tienda o restaurante, y desde allí el número de casos puede multiplicarse rápidamente en un efecto dominó. Es importante recordar que estas zonas del país cuentan con sistemas de salud muy limitados, su sobrecarga puede ser radicalmente delicado.
Así pues, y como bien afirman distintas federaciones internacionales de montañismo y escalada, los cierres de espacios abiertos -parques naturales- tienen principalmente dos objetivos:
1) Reducir el riesgo de contagio a zonas rurales y,
2) Evitar el posible uso de servicios de emergencia que ahorita deberán estar dedicados a la pandemia. En resumen, no es momento para que alguien se pierda o se caiga en la montaña.
Como montañistas, ¿qué nos queda? Por supuesto, estar encerrados es algo así como la antítesis del montañista, amante de los espacios abiertos, los paisajes y la actividad física. Pero, también podemos verlo desde la otra cara de la moneda. Como bien afirma el escalador Jacopo Larcher, podemos observar esta crisis como ese momento en el que estamos dentro de una tienda de campaña y debemos esperar a que pase la tormenta, y es algo que sabemos hacer muy bien cuando se trata de alcanzar un objetivo.
«Me recuerda a esos momentos pasados en una tienda de campaña, esperando que vuelva el buen tiempo. En esos momentos, debemos ser pacientes, positivos, respetar a los demás y trabajar bien en equipo. Pienso en este virus como una gran tormenta, que nos está golpeando a nosotros y a nuestra sociedad realmente. Necesitamos trabajar todos juntos, como equipo, asegurándonos de hacer todo lo que podamos para protegernos y especialmente a los demás, a nuestros «miembros del equipo», los que tal vez estén un poco enfermos o tengan menos energía y estén más expuestos a esta «tormenta». Necesitamos respetar las reglas, esperar y ser pacientes, hacer lo que se supone que debemos hacer, colaborar, pero antes que nada, ¡debemos mantener una actitud positiva y compartir buenas vibras!». – Jacopo Larcher
Estamos a tiempo para no alcanzar las estadísticas de países como Italia, donde la pandemia está causando una profunda crisis social y económica, pero depende de cómo nos comportemos. La mejor política de seguridad es la que promociona conductas razonables para minimizar el riesgo de la epidemia: insistir a la población en el lavado de manos y mantener la distancia necesaria al hablar con otras personas. Pero en el outdoors de países como México esto no es suficiente por lo que ya se dijo: en las zonas rurales vive la población más vulnerable de nuestra sociedad. Por ello: quedarse en casa es una medida oportuna que, además, le dará un descanso a las montañas, lugares que se podrán recuperar.
Así pues, seamos parte de la movilización consciente que busca, por encima del interés privado, el bien común, es decir, no sólo el de otros miembros de nuestra comunidad outdoors sino de la población en general y sobre todo de aquellos más susceptibles al contagio: los adultos mayores. Las montañas pueden esperar y nuestra conducta frente a la pandemia del COVID-19 puede ser reflejo de los valores que mueven al montañismo: unión, solidaridad y seguridad.
-SE CONFIRMA CIERRE DE ACCESO A IZTA-POPO, MALINCHE Y NEVADO DE TOLUCA POR COVID-19-
Lo que señalan las estadísticas
Los dos primeros casos de COVID-19 en Italia se confirmaron el 31 de enero de 2020; una semana después se registró el tercer caso. Para el 22 de febrero había 60 casos adicionales y primeras muertes. A principios de marzo (es decir, un mes después del primer caso confirmado), el virus se había extendido a todas las regiones de Italia. Desde el primer caso detectado, el gobierno italiano suspendió todos los vuelos hacia y desde China y declaró el estado de emergencia. A partir del 9 de marzo la cuarentena se extendió a todo el país. Para el 19 de marzo, el total de casos confirmados es de 41,035, con 3,405 muertes y 4,440 recuperaciones.
En México, los dos primeros casos confirmados se dieron el 28 de febrero de dos hombres que habían viajado desde Italia. Al día 19 de marzo hay un total de 118 casos confirmados, 314 sospechosos, 3 recuperados y un fallecido.
Un estudio realizado por El País sobre la velocidad de crecimiento de la epidemia en base a los datos proporcionados de los brotes en Latinoamérica y los tiempos de duplicaciones por el Center for Systems Science and Engineering (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins, éste muestra que si un sábado hay 4,000 casos, se pueden esperar unos 8,000 para el martes siguiente y 16,000 el próximo fin de semana. Es decir, el crecimiento del coronavirus en Latinoamérica -México incluido- es exponencial. No obstante, también los expertos han notado un comportamiento radicalmente distinto en su capacidad de propagación por arriba de los 22 grados de latitud norte (San Luis Potosí, en el caso de México).
Por lo anterior hemos observado cómo cada uno de los países que ha identificado casos de COVID-19 ha tomado diversas medidas de seguridad: cierres de escuelas, trabajo en casa, suspensión de eventos masivos e incluso cuarentenas estrictas donde nadie puede salir de casa salvo que sea esencial. Todas ellas, son medidas de distanciamiento social que reducen los contactos entre personas y limitan la transmisión del virus.
–ACTUALIZACIÓN: CIERRES Y SUSPENSIONES DEL OUTDOORS MX ANTE CORONAVIRUS–
El objetivo principal de cada uno de los países que cuentan con casos confirmados de COVID-19 es ralentizar la extensión del virus para ganar tiempo, limitar el número de contagios -y de fallecimientos-, no sobrecargar el sistema sanitario y dar margen al desarrollo de un medicamento o una vacuna contra el coronavirus.
Al momento, el Gobierno de México no ha anunciado la entrada a la fase 2 -las personas comienzan a contagiarse unas a otras sin haber tenido contacto con alguna persona que importó el virus- puesto que, hasta ahora, los casos de coronavirus son importados o de contacto. Sin embargo, la Secretaría de Educación ya anunció el cierre de las escuelas a partir del 20 de marzo, así como también se han suspendido eventos masivos y un buen número de empresas e instituciones comenzaron a laborar «desde casa».
–-ARGENTINA, BRASIL Y CHILE CIERRAN PARQUES NACIONALES ANTE COVID-19-