Escalar sin dejar de ser mamá y ser mamá sin dejar de escalar
Por sí sola, la escalada ya es todo un reto, pero combinar la maternidad con las paredes, son palabras mayores. Y es que todos quienes hemos escalado, alguna vez nos hemos tenido que alejar por algunos días o semanas, tiempo suficiente para confirmar cuándo el mito se convierte en realidad: en definitiva, la escalada es la más celosa de todas las parejas.
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Basta con salirse poco tiempo de la rutina del entrenamiento, para que el cuerpo nos pase la factura sin descuento y peor aún, con algunos recargos para los que nunca aplica el pronto pago. La resistencia es lo primero que nos abandona, seguida al poco tiempo de la fuerza y si nos descuidamos un poco más, ni los callos en la piel logramos conservar.
Así es, muchas veces es necesario comenzar casi desde “ceros”, lo cual hace casi imposible imaginar el resultado cuando el distanciamiento no es por días o semanas, sino por meses. En los cuales se gana peso, el cuerpo cambia y las responsabilidades se multiplican.
Pero afortunadamente sobran ejemplos de mujeres escaladoras, para las cuales la maternidad solamente ha sido una “breve” pausa para no solo regresar más motivadas que nunca, sino para contagiar a sus pequeñines del mundo que les apasiona.
El de Beth Rodden, como muchos otros casos, sin duda es admirable. En la primavera del 2014 tuvo a su hijo Theo, con quien intenta pasar tanto tiempo como sea posible compartiendo la escalada y el mundo del outdoor en general. Beth en ningún momento ha dejado de formar parte de la élite escaladora a nivel mundial e incluso en su página de internet se presenta primero como mamá y después como escaladora profesional.
Y más tangible a nuestra geografía, tenemos casos de escaladoras mexicanas, quienes además de grandes deportistas también son mamás. Y solo por mencionar a algunas, tenemos a Isabel Silva, mejor conocida como “Chere”, quien, junto con Orquídea León fueron de las primeras (y aún pocas) mexicanas que han logrado encadenar 5.13d; o Marisol Monterrubio, quien se especializa en las grandes paredes de gran dificultad; y qué decir de Claudia Maldonado, quien durante años se mantuvo en lo más alto del pódium de las competencias a nivel nacional.
Así que desde el cuartel central de Freeman, le enviamos un fuerte abrazo a todas las mamas, pero muy especialmente a las mamas escaladoras.