Desde el 11 de diciembre de 2003 se celebra cada año el Día Internacional de las Montañas, no como los populares ‘día del mercadólogo’ o similares que funcionan como motivo de mofa en redes sociales, sino como una fecha reconocida por la ONU que tiene el objetivo de “alentar a la comunidad internacional a que organice actos a todos los niveles ese día para resaltar la importancia del desarrollo sostenible de las montañas.”
Este 2014, el tema es ‘Agricultura de montaña”. De acuerdo a las Naciones Unidas, aproximadamente el 27% de la superficie de la Tierra corresponde a terreno montañoso, un ambiente natural de gran valor para la vida que da sustento directo a más de 700 millones de personas e indirecto a “miles de millones“.
El Día Internacional de las Montañas reconoce el aspecto cultural y ambiental que de ellas surge. En años pasados se ha dedicado la fecha al reconocimiento de “Pueblos indígenas y minorías de las montañas”, “La seguridad alimentaria en las montañas”, y “Turismo en las montañas: beneficiando a los pobres”, por ejemplo.
Thursday is International Mountain Day which this year focuses on farming. http://t.co/XF7mvA2Oyv pic.twitter.com/Elp1kP5jyt #WeLoveMountains
— United Nations (@UN) diciembre 11, 2014
Como deportistas de montaña, ya sea caminando, escalando, corriendo, pedaleando o simplemente contemplando, la cultura de montaña tiende a permear nuestro estilo de vida dentro y fuera del deporte. Así, la mayoría hemos visto de primera mano la pérdida de glaciares, deforestación y cambio de clima en diferentes zonas del país y del mundo. Por ello y otras razones, los deportistas de montaña tenemos una responsabilidad especial de apoyar los esfuerzos en apoyo a la cultura y el desarrollo sustentable de las montañas.
¿Qué significa apoyar en el Día Internacional de las Montañas? Podemos comenzar por algo sencillo que muchos ya llevan a cabo. En primer lugar, respetar la ética deportiva en montañas: no dejar rastro, caminar por senderos, no extraer flora y fauna, etc. Y, en segundo lugar, podemos ayudar a que la cultura de montaña también permeé entre nuestros círculos sociales inmediatos, de tal forma que la camaradería, respeto y limpieza de los deportistas de montaña (predominante, aunque desafortunadamente no en todos los deportistas), llegue también a las ciudades.
¡Todos somos montaña!
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