Hablamos con Daniel Araiza, alpinista y guía de montaña, y con Max Álvarez también destacado montañista en proceso de certificación internacional, quienes nos platicaron de la situación que vivieron recientemente en el Iztaccíhuatl, cuando dos distintos cuerpos de apoyo en la montaña tuvieron roces entre sí, queriendo, cada uno, realizar el rescate de un alpinista.
La situación, como la narra Daniel Araiza, fue la siguiente: Daniel fue líder de uno de los grupos que ese día realizaron el ascenso al Izta. Al llegar a la cima de la montaña y comenzar a realizar la bajada, se encuentra, ya a la altura del Refugio de los Cien, con tres de sus guías y tres miembros del cuerpo de apoyo “A”, que estaban realizando el rescate de un alpinista, cliente de Daniel. El montañista había sufrido un desgarre de ligamento lateral y una pequeña fractura en el meñisco, producto de sobreentrenamiento y una lesión previa. Max Álvarez, también guía de montaña, bajó hasta la Joya por otra camilla que se consideró más apropiada para la maniobra.
Después de tres horas de preparar todo, comenzaron el descenso con el paciente. A la mitad del camino, los miembros del cuerpo de apoyo “A”, y los guías de la empresa de Daniel se encuentran con el cuerpo de apoyo “B”, quienes subieron, en principio, a apoyar. Sin embargo, la posición que tomaron frente a los hechos fue, como nos comenta Daniel, un poco violenta:
“Cuando llegaron los miembros del cuerpo B quisieron tomar dirección de la situación, mientras que el apoyo A ya tenía el control. Hubo un momento que ambos comenzaron a discutir y la tensión estaba fuerte: todo por querer dominar los medios.” – Daniel Araiza
Cuando los rescatistas llegaron a La Joya, los respectivos cuerpos de apoyo ya habían acercado sus vehículos para llevarse al paciente. Lo triste de la situación es que, de acuerdo a lo comentado por los entrevistados, prevaleció el interés por parte de las brigadas en el reconocimiento de los medios de comunicación, antes que llevar a cabo, de la forma más eficiente, un rescate. Además, como nos comenta Max Álvarez, esta es una situación que le ha tocado vivir en repetidas ocasiones en la montaña:
“No es la primera vez que me toca vivir algo así. Es triste porque uno se pregunta si están haciendo su trabajo o si, en realidad, lo que buscan es sólo el reconocimiento de los medios.” – Max Álvarez
A pesar de todo, el amplio historial de rescates ocurridos cotidianamente en las montañas de México son evidencia innegable del gran trabajo que los diferentes cuerpos de rescate realizan, con frecuencia en condiciones de muy bajo apoyo y sin retribución de por medio. Lejos de restar mérito a su trabajo, sirva el comentario de dos guías de montaña expertos para tomar un punto que comienza a ser recurrente en el medio de montaña en México, tanto en situación de rescates, como en el deporte en general.