Nuestros amigos de Great Fit -que dan entrenamiento a domicilio personalizado y especializado-, nos mandan algunos consejos para que tú, sí, tú, calientes mejor y logres más rápido tus objetivos deportivos.
Calentar antes de la actividad física es importante para prevenir lesiones, tener un mejor rendimiento, así como para aprender a “escuchar el cuerpo”.
Por: Great Fit
Para cualquier actividad física es necesario un conocimiento básico de anatomía y funcionamiento del cuerpo, especialmente de forma personal, aprendiendo cómo nos sentimos y reaccionamos ante diferentes ejercicios y condiciones.
Así, saber qué músculos, tendones y articulaciones están implicados en el deporte que practicamos es determinante, sobre todo, en la fase del calentamiento. De poco o nada servirá dedicarle tiempo a partes del cuerpo que no están involucradas, de la misma forma que no servirá trabajarlas en exceso.
No, estirar no es sinónimo de calentar.
Poner músculos y corazón al punto
Antes de practicar cualquier tipo de deporte es importante preparar los músculos, tendones y articulaciones, así como el corazón, para que estén a la temperatura adecuada -por eso calentamiento-. Sin embargo, hay que hacerlo de manera progresiva, evitando llegar a un sobre-esfuerzo o a una frecuencia cardiaca demasiado alta antes de la parte medular del entrenamiento.
Establece un horario
Tener un horario establecido para los entrenamientos diarios también es de gran ayuda, ya que tanto el cuerpo como la mente se acostumbran y por sí solos empiezan a prepararse para la actividad.
Primero despierta y poco a poco aumenta ritmo
Los mejores pasos a seguir son los que comienzan con una fase de movilidad y lubricación articular general del cuerpo (tobillos, rodillas, cadera, hombros) que servirán para desentumecer el cuerpo; seguido de un incremento gradual de la temperatura y la frecuencia cardiaca.
Activa los músculos que utilizarás
En una segunda etapa se deben hacer movimientos que sigan con el aumento gradual de frecuencia cardiaca y temperatura pero con movimientos específicos, similares a los que se trabajarán durante la sesión, activando así los grupos musculares que se pretenden trabajar.
Estira, pero no demasiado
En la última etapa del calentamiento se recomienda realizar un estiramiento muscular ligero y dinámico, lo que propiciará un aumento en la irrigación sanguínea. Es importante no hacerlo de manera excesiva o con demasiada exigencia, es decir, un estiramiento de flexibilidad, ya que tendríamos un efecto adverso, de debilidad muscular por su relajamiento.
Sigue una rutina y aprende cómo te sientes
Cuando el calentamiento es parte de la rutina y se sigue más o menos el mismo proceso o secuencia de movimientos, entonces se tiene la posibilidad de comparar las sensaciones físicas con los días previos. Si hay alguna molestia física ella hablará cuando el cuerpo comience a entrar en calor.
Realizar un buen calentamiento permite que el cuerpo trabaje mejor durante la sesión. Tendones y músculos responden a las indicaciones que se les da de manera más natural y no forzada. Además, en esta etapa previa a la práctica del deporte, el cuerpo “avisa” cómo se encuentra.
No calentar llevará a la lesión
Así pues, el calentamiento previo a la actividad física es imprescindible. Pero realizarlo de manera inadecuada también tiene sus propias contraindicaciones.
- Modificar el orden de las etapas del calentamiento puede propiciar lesiones.
- Elongar de más los músculos los debilitará para una buena contracción.
- Cualquier tipo de calentamiento excesivo, que lleve a la fatiga, baja el rendimiento de la sesión.
- Pero lo más importante es que no calentar, tarde o temprano, te llevará a una lesión.
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