Rafa Jaime, ciego mexicano, encumbra el Pico de Orizaba junto a Isabel Bolivar y Axel Palomares.
Conferencista en desarrollo humano y emprendimiento, triatleta, corredor de ultradistancias, spartan race, nadador, ciclista, trail runnero, Rafa Jaime es, más que un deportista, un ser humano entregado a vivir nuevas y grandes experiencias.
A los 4 años superó Retinoblastoma Bilateral, cáncer en las retinas con el que perdió el ojo izquierdo. A los 18 años, sufrió nuevamente de cáncer en el nervio óptico, quedando ciego del ojo derecho. Pero esto no fue nunca un impedimento para proponerse grandes retos.
Rafa Jaime es hoy en día el único ciego en el mundo que ha realizado un Ultraman: 10km de nado, 421km en bicicleta y 84km corriendo. En el 2015 realizó su primera participación en el Ultra 520K de Texas donde quedó a 15km de terminar. En el 2016 realizó el Ultraman MX en Zacatecas, día en el que cumplió 10 años de ceguera y en el que se convirtió en el primer ciego en el mundo en realizar una hazaña tal.
Amante de distancias de 100km y 50km en montaña, representan para él todo un reto, “mis tobillos son de chicle”, afirma. Corrió el Maratón del Sables 250km por el Desierto del Sahara y quedó a pocos kilómetros de finalizarlo, realizó también el Maratón del Desierto de Atacama en Chile y el Spartan Race en Islandia. La lista continúa.
Dentro de sus proyectos a corto plazo está volver este año al Ultra 520K de Texas y al día siguiente viajará a Mallorca para realizar el UltraMallorcaMan, dos ultras en una semana en dos continentes distintos. Un hecho único.
Por supuesto, perder la vista fue un suceso que lo marcó para siempre, con el que tuvo que superar inestabilidad emocional y adentrarse a un nuevo mundo. Pero el deporte fue su refugio.
“Soy un firme creyente de que la discapacidad no es física, sino mental y/o emocional. Sí, yo tengo una diferencia física, pero mi condición de ciego no me define, lo que me define es el ser humano que soy, mi convicción, mi fuerza, mi determinación y, sobre todo, la forma como he elegido vivir. Soy una persona común y corriente. Creo que las personas se definen por lo que son, no por lo que tienen o carecen.” – Rafa Jaime
El deporte fue el medio que Rafa encontró para desarrollarse como persona, para mostrar al mundo que la discapacidad física no existe y para inspirar a otros a salir de su zona de confort, motivándolos a tener experiencias nuevas, que son el alimento para la vida.
“Hay muchas personas a las que las experiencias les dan miedo. Lo que más le cuesta al ser humano es aceptar. Siento una gran atracción por las ultradistancias porque creo que los cuatro valores que las determinan son precisamente los valores esenciales para la vida: la adaptación, la resistencia, la tolerancia al dolor y el coraje. La vida misma es una carrera de ultradistancia. Hay que ser seres humanos de alto rendimiento; así es como vale la pena vivir.” – Rafa Jaime
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Rafael Jaime, de 30 años de edad y originario de Durango, se convirtió el pasado fin de semana del 18 y 19 de agosto, en el primer mexicano ciego en llegar a la cumbre del Pico de Orizaba, la montaña más alta de nuestro país.
“Quise ir al Pico de Orizaba para depurarme, para platicar conmigo, necesitaba encontrarme otra vez. No sufrí físicamente el ascenso, pero llevaba ese diálogo interno. Al llegar al glaciar había un viento que al pegar en mis oídos silbaba, parecían murmullos, susurros de la montaña, como diciéndome -“aquí estoy, para ti”, me rompió en llanto y me sentí muy privilegiado por estar ahí, rodeado de Isa, Fede y Axel.
Llegar a la azotea de México, al techo, fue increíble. El esfuerzo y trabajo tienen ahí su recompensa y eso te hace sentir inmenso. Y quizá no veía pero sí escuchaba la inmensidad, y eso, al mismo tiempo, te hace sentir pequeño.” – Rafa Jaime
Rafa le confesó a Isabel Bolívar, quien ha fungido como su guía en distintas competencias, que estaba muy interesado en realizar alta montaña en México. Así fue cómo hace unos meses programaron el ascenso para estas fechas.
“Rafa y yo nos conocimos porque él venía a Puebla a corrrer un Spartan, el único en México y necesitaba un guía. Lo corrimos juntos y la conexión entre nosotros fue inmediata, nos volvimos uña y mugre.” – Isabel Bolívar
Con la finalidad de tomar todas las precauciones necesarias, Isabel contactó a Axel Palomares, guía de montaña y paramédico mexicano, para que le apoyase con la expedición; todo esto en coordinación con la empresa de guías de montaña de Daniel Navarro.
“Rafa no había subido una montaña antes, pero esto no fue una limitante. Para que se hagan una idea, por precaución, en vez de salir a las 12 ó 1 de la madrugada, como cualquier expedición, nosotros salimos a las 11 de la noche. Llegamos a la base del glaciar en menos de 4hrs, un tiempo impresionante si se tiene en cuenta que por lo general se hacen hasta 7 horas a ese punto. Después tardamos un poco más en el glaciar, pero llegamos a cumbre a las 7am. La bajada fue más lenta, más relajada, disfrutando del lugar. Llegamos a Piedra Grande a 13hrs.” – Isabel Bolívar
Para un ascenso de estas características, la persona ciega se posiciona detrás de su guía y caminan sosteniendo, cada quien por un extremo, el bastón blanco. En cambio, para carreras en asfalto, por ejemplo, la pareja se enlaza con un cordón.
“Al llegar a la cima, lloramos como magdalenas. Fue muy importante para Rafa; fue algo muy bonito, en todo el camino encontramos mucha gente que se inspiraba mientras lo encontraban en el camino. Nunca antes había tenido una experiencia similar en la montaña. Ahora nuestro plan es correr juntos el Maratón de la Ciudad de México.” – Isabel Bolívar
Hasta ahora se tiene información -no confirmada- de un grupo de españoles ciegos que hace unos años realizaron un ascenso al Pico de Orizaba. Sin embargo, no se ha sabido de algún grupo o montañista ciego mexicano que lo hubiera logrado.
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