Si eres escalador y pasas horas en las paredes, seguramente te habrás preguntado alguna vez por qué te tiemblan las piernas.
La respuesta al pasito de Elvis es fundamental: fatiga de las fibras musculares por exceso de entrenamiento y carencia de elongación muscular. Pero no es tan simple, ahí te va la explicación:
Las contracciones musculares involuntarias son muy conocidas en el ámbito deportivo, particularmente cuando se trata de un entrenamiento intenso. El ejercicio que induce una sobrecarga al sistema músculo-esquelético genera adaptaciones basadas en micro rupturas de fibras musculares, que dan paso a fibras más grandes y fuertes que facilitan exigencias físicas posteriores.
El ejercicio de carácter excéntrico, que es en el que se alarga un músculo mientras se mantiene una contracción y se realizan actividades de frenado en el cuerpo, ha sido asociado a mayor destrucción de fibras musculares… y a que te tiemble la piernita.
Entre los ejercicios con estas características están las sentadillas mantenidas, o el curl de bíceps frenando la caída de la pesa, movimientos que suceden en levantamiento de pesas, el patinaje sobre hielo y, como ahora sabes, en la escalada.
Cuando el entrenamiento es excesivo puede generar una lesión muscular y llevar a una isquemia tisular (estrés celular causado por poca irrigación sanguínea). Para contrarrestar esta disminución de riego, el organismo libera algunas sustancias intracelulares al torrente, tales como mioglobina, creatinina fosfoquinasa y iones (K,Na,Ca,Cl).
Las concentraciones anormales de Na y K en la sangre, ingresan en las celulas y sucitan el movimiento. Por ello, a pesar de que el deportista no haya tratado de realizar una contracción muscular voluntaria, el músculo se contrae o tiembla.
Como hemos comentado en los artículos anteriores, los ejercicios de estiramiento y libertad articular son fundamentales para evitar tensiones musculares excesivas que lleven a la lesión más típica: ruptura de las fibras musculares.
Por lo anterior, es indispensable una rutina de calentamiento previo al ejercicio, así como de estiramientos para hacer siempre después de escalar (en este caso), y en cualquier otro deporte.
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