Mi experiencia más relevante en el tema sin duda es traer el Reel Rock Tour a México. Hace cinco años dejé una de esas empresas que tratan como súper estrellas a ‘los de marketing’ y busqué refugio nuevamente en la escalada ante la poderosa sensación de no estar alcanzando un buen balance entre horas nalga y horas vida. La verdad, al igual que muchos de ustedes, prefiero comer en el bosque rascando una lata con un palito a cenar canapés en el último lanzamiento de marca… en fin. Dos días después de salir de la empresa contacté a Peter Mortimer, co-director y co-creador de Reel Rock -cuando aún le daba tiempo de contestar él mismo los correos de contacto-, y acordamos que, como nadie lo había pedido, yo podría traer el Tour a México.
Aunque, en perspectiva, ese par de correos con Peter definieron la posibilidad de hoy tener presencia en Cinépolis por todo el país, en realidad la negociación fue muy sencilla y se basó en tres cosas: 1) Nadie lo hace y hay una oportunidad; 2) Puedo hacer ‘esto’ y ofrecerte ‘aquello’ a cambio; 3) Hagamos que ocurra. Como referencia, actualmente lidio con agencias ‘profesionales’ de no escaladores que quieren colocar cortometrajes por el triple de lo que cuesta Reel Rock y hasta quieren una participación de la venta de palomitas.
La diferencia entre hacer negocios con escaladores y no escaladores es evidente. Los primeros quieren que el deporte llegue a más personas y los segundos quieren que más dinero entre en sus bolsillos. Ninguno está completamente bien o mal. Aclaro que el éxito, en mi opinión, está en un balance de ambos puntos: se necesita dinero para operar y crecer, pero se necesita corazón para que todo valga la pena. Demasiado negocio mata la pasión, pero demasiado corazón eleva la mente a ideales irrealizables.
En mi experiencia los patrocinadores funcionan de manera similar. Me fue difícil ‘vender’ el valor del deporte a marcas ajenas al ‘gremio’ hasta que empezaron a ver a Alex Honnold en las noticias y comerciales norteamericanos. Por otro lado, las marcas y personas involucradas con la escalada desde el inicio estuvieron dispuestas a apostar más alto por proyectos que ayuden al deporte. Es una cadena de valor indirecta: apoyo a crecer la escalada + hay más escaladores + puedo vender más. El truco es siempre ofrecer valor suficiente para todos los involucrados. Siempre. Mientras más ‘dulce’ sea la propuesta, más sostenible es en el tiempo.
Así, la industria de los deportes de montaña en México tiene una dulzura particular que permite hacer proyectos de respetable envergadura a quien sepa convertir su sueño en un plan de negocio. Somos afortunados de practicar un deporte que otorga de nobleza natural a quienes lo asimilan como parte de su vida. Personalmente eso quiero hacer llegar a más gente con las películas que ahora se exhiben bajo el sello de Freeman. No busco que todos escalen 5.13 o que sueñen con liberar El Capitán en solo integral, busco que la nobleza del deporte toque a más personas y, sí, pagar la renta de paso.
A una semana de estrenar Valley Uprising, el 5to Reel Rock que llega a México, los patrocinadores, productores y deportistas se llevan los aplausos por pagar las cuentas, filmar y editar interminables horas de video (y venderlos a precios razonables), y lograr hazañas heroicas que siguen inspirando a todos; no siempre respectivamente. Mención especial se lleva Cinépolis -donde ni sabían de qué iba la escalada-, por apostar para que hoy el Freeman Film Festival esté programado para llegar a 13 ciudades cada mes con una película distinta.
¿Quieren nombres de las marcas que se han rifado para que exista Reel Rock México, Freeman y tantos otros proyectos (con otras personas, claro)? Va. Todos son unos tipazos:
- Reel Rock Tour
- Cinépolis
- Kendal Mountain Festival
- RTC (sí, ojalá todo el gobierno fuera como ellos)
- Séptimo Grado
- Tu Cordada, tienda de montaña
- Exposure Industria y Montaña (MadRock, Black Diamond, etc.)
- Levita, centro de escalada
- Punto Muerto
- Onix, sala de escalada
- Toka la escalada
- Adamanta
- Atman Adventure Wear
- Salomon
- Rocódromo Fusión
- Naturalexa
- DNA Sala de Escalada
- Adventure Film Festival
Parecen muchos, pero no son ni el 10% de las puertas que hemos tocado. Tampoco son todos, hay más en la antesala de sumarse a ‘El Hombre Libre’. Si van a pedirles algo no les digan que yo les pasé el dato (y hagan la tarea antes de marcarles).
Y ni les cuento de la calidad de colaboradores que están dando el sí para contarnos sus opiniones, experiencias y trucos. Insisto, la escalada está llena de nobleza cuando se sabe superar los demonios.
Nos vemos en el cine.
Raúl Morales