Formación del Primer Cuerpo de Policía de Montaña de México
Por: Paco Trad
Lo que inició como una chispa en redes sociales, muy pronto se convirtió en fuego vivo. Un movimiento social en respuesta al despreciable y ruin avance del crimen y la violencia hasta los 4,800 metros sobre el nivel del mar con los asaltos en julio del presente año en el Refugio de Ayoloco y el Refugio de los Cien, con apenas dos semanas de separación entre cada incidente.
La indignación por estos actos nefastos, tuvo su rápida manifestación en foros, perfiles y grupos de Facebook principalmente, por todos los que sentimos un gran amor por México y sus montañas.
En el más llamativo de los casos, ocho hombres armados con escopetas y cobardía prepotente, aprovecharon la tormenta que se desató con fuertes lluvias, concentrando a los montañistas en el Refugio de los Cien, para amenazarlos, amagarlos y quitarles su equipo y objetos “valiosos”.
La impotencia y frustración poco a poco escalaron hasta convertirse en gritos de ¡BASTA!, con lo que nació la propuesta de crear una manifestación pacífica y masiva que subiera al refugio, lugar del último robo, para llamar la atención de medios, autoridades y reclamar el derecho de TODOS por una montaña segura.
Muchos fueron los responsables de que este movimiento tomara fuerza a velocidades inusitadas, entre ellos montañistas, blogueros y noticieros de alta audiencia, pero fue la respuesta, a manera de un tuit por parte del gobernador del Estado de México, lo que hizo que esa chispa, esa llama viva, tuviera su mayor avance. Sí, se logró llamar la atención de altos funcionarios y su réplica positiva. Más de un mes después de juntas, mesas de trabajo, encuentros con autoridades y todas las partes involucradas poniendo su aportación con el apoyo de la opinión pública, se llegó a un primer acuerdo en tres pasos sencillos que lo resumen todo:
- Crear y formalizar la comunicación entre los montañistas más asiduos al Iztaccíhuatl y las autoridades, tanto del Parque Nacional Izta-Popo, como autoridades de seguridad en sus distintas instancias de gobierno.
- Establecer la presencia las 24hrs de elementos de la Policía en los accesos más utilizados a la montaña.
- Crear un cuerpo de Policía especializada, en este caso, en alta montaña, por encima de los 4,000 msnm. Se dice fácil, pero este último acuerdo, la formación de la Policía de Montaña, es quizá el más complejo de llevar a cabo. Aún así, el trabajo ya comenzó y los compromisos están hechos, ahora falta darles forma, y garantizar su continuidad.
El cómo, cuándo y dónde
El “cómo” es un proceso que involucrará al gremio del montañismo nacional y el gobierno. Dados los primeros pasos con el reconocimiento por parte de los cadetes, quienes se alistaron de manera voluntaria y entusiasta, por decir poco. Así, el pasado 15 de agosto iniciaron su capacitación y llegaron al Refugio de los Cien.
En relación al “dónde”, se pretende crear un cinturón de seguridad en la montaña desde sus partes bajas, abarcando desde el norte, donde el grueso de los actos más violentos han estado ocurriendo por décadas, hasta la zona sur, entendida como los pies de la Mujer Dormida.
Sin abusar del optimismo, se convocará a un evento público de asistencia masiva en el que se firmará un convenio con el Gobierno del Estado de México para garantizar el cumplimiento de estas y otras acciones a largo plazo que garanticen la seguridad en el Parque Izta-Popo Zoquiapan y sus inmediaciones.
La capacitación, empezando de manera paralela con el acondicionamiento físico y el reconocimiento de toda la montaña, será parte de un programa continuo y rotativo para los instructores quienes como ya se había mencionado, serán montañistas comprometidos con su labor y con su presencia en la volcana. La tecnificación irá aunada a los modelos de capacitación de un guía y rescatista de montaña, aún cuando la presencia de estos cuerpos policiales tiene como principal objetivo salvaguardar la seguridad de los visitantes, protegiéndolos de criminales y “gamberros” que dañan el nombre de todos los mexicanos y la “salud” de la montaña.
En conjunto con los cuerpos de rescate ya existentes, se pretende lograr un espacio sano y seguro que sirva como modelo a replicar para mejorar las condiciones de seguridad en el resto de los Parques Nacionales y áreas naturales donde constantemente se reportan hechos de violencia.
Esta capacitación es tan sólo un piloto que será perfeccionado y estandarizado para futuras generaciones de cadetes de la Policía de Montaña y operado por ellos mismos con la ciudadanía atenta de su buen orden, conducta y funcionamiento.
¿Cómo podemos aportar todos aun si no somos expertos rescatistas de montaña, guías, instructores o acondicionadores físicos?
Involucrándonos, asistiendo al evento público masivo de la firma del convenio, aportando en nuestras especialidades profesionales de manera voluntaria y desinteresada, escuchando, proponiendo, preguntando y, sobre todo, apoyando.
Estos primeros jóvenes cadetes tienen la mejor actitud y disposición para servir a México y es para ellos un honor tener un puesto tan alto, física y moralmente, como lo es proteger a los mexicanos a casi cinco mil metros sobre el nivel del mar. Tenemos que mostrar que creemos en ellos, que les estamos confiando uno de nuestros tesoros más grandes y que lo que se espera de ellos es dar un ejemplo para todo México.
La Primer Policía de Montaña es ya un hecho y depende de nosotros y de nuestra actitud participativa, propositiva y ciudadana que sea un orgullo y un honor decir:
“Yo me acuerdo cuando apenas estaban empezando, míralos ahora, son el estándar de calidad física y moral del resto de los policías del país.”
Es NUESTRA tarea asegurarnos de que así sea, no está en manos de alguien más. Esta llama viva la encendimos todos y es ahora obligación de todos mantenerla alta y luminosa.
Viva México y, como siempre, ¡FELICES ESCALADAS!