Jessika Salazar, campeona nacional de BMX, viró al ciclismo de pista consiguiendo, en dos años, el récord mundial y ahora se prepara para Tokyo 2020.
Jessika Salazar comenzó en el mundo de la bici con 12 años. Durante ocho años se dedicó al BMX, en la que consiguió ser campeona nacional de varias competencias.
Jessika, oriunda de Guadalajara, compitió en cuatro panamericanos, logrando el cuarto lugar en una ocasión, a los 16 años. Representó a México en competencias internacionales en Colombia, Argentina, Bolivia, Estados Unidos, Inglaterra, Nueva Zelanda y Holanda, colocándose en el lugar 21.
No obstante, cuando comenzó en la categoría Elite del BMX, si bien su papel a nivel nacional era extraordinario, fuera de México no se sentía satisfecha con sus resultados.
«No destaqué mucho a nivel internacional. En el 2014 me estaba preparando para los Juegos Centroamericanos, que eran el pase a los panamericanos y no clasifiqué. Además, tuve una lesión de rodilla que me incomodaba para el BMX. Entonces pensé cambiarme al ciclismo de pista, donde alguna vez había competido y me había ido bien. Tenía buenas expectativas.- Jessika Salazar
Y así fue. El primer año que compitió en las competencias nacionales de ciclismo de pista ganó todas las pruebas, mismas que le dieron el pase a los panamericanos, donde consiguió el primer lugar en dos pruebas distintas.
Durante tres años consecutivos, tiempo en el que lleva en esta modalidad, Jessika ha ganado los 500m de velocidad y ha obtenido seis títulos panamericanos en distintas pruebas. Se ha posicionado dentro de los diez primeros lugares a nivel mundial, el año pasado, en el Campeonato Mundial Hong Kong.
Y en este corto tiempo también ha logrado la mayor conquista que todo atleta de competencias de contrareloj puede conseguir, el récord mundial.
«En el 2016 rompí el récord del mundo de 500m de ciclismo de pista, con 32’268». Fue en el Campeonato Panamericano, en Aguascalientes, donde conseguí bajar por medio segundo la marca de Anastasiia Voinova y posicionarme en lo más alto del podium, un momento realmente importante que ha marcado mi carrera.» – Jessika Salazar
Y ahora, con 22 años, su mirada la tiene fija en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, para los cuales ha de sumar puntos en panamericanos, copas y campeonatos mundiales.
«En el 2015 me preparé para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pero no clasifiqué. Ahora estoy muy motivada y creo que este año me puede ayudar mucho, pues ya sé cómo son las cosas, el criterio de selección, las carreras importantes, estoy muy segura». – Jessika Salazar
Para ello sigue un entrenamiento de alto rendimiento, de doble sesión por día, seis días a la semana.
«El récord fue una meta a largo plazo que logré, me sentía capaz y con mucho esfuerzo lo hice. Me puso los pies en la tierra, me confirmó que podía hacer lo que me propusiera, y que es cuestión de actitud y ánimo.
Ahora me veo, de aquí a cinco años con alguna medalla olímpica y muchos títulos.» – Jessika Salazar
En su camino selectivo a los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, Jessika tendrá que hacer un buen papel en el campeonato mundial en Holanda, dentro de tres semanas, en los centroamericanos el próximo mes de Julio, pero fundamentalmente a partir del mes de noviembre, cuando comenzará la temporada fuerte para clasificar a juegos olímpicos.
El paso de Jessika Salazar del mountain bike al ciclismo de pista, fue una elección en la que tuvo que sacrificar algunos aspectos importantes que le proporcionaba su práctica outdoor, pero que, de alguna manera, siguen estando presentes en su personalidad y en su carácter como deportista de alto rendimiento.
«Extraño mucho los descensos, las bajadas a toda velocidad. Extraño, en general, estar en la montaña y en contacto con la naturaleza, pero sin duda, haberlo hecho en su momento, me forjó el carácter que ahora tengo, la capacidad de fluidez, estar más unida a la bici, la disciplina. El mountain bike me dio mucho y me llevó hasta donde estoy ahora.» – Jessika Salazar