Este artículo fue adoptado del artículo titulado “Fuera de las sombras: acoso sexual y agresión en comunidades de escalada”. Apareció por primera vez en la revista Alpinist. Publicado con autorización de las autoras.
Gráficos: American Alpine Club
Resultados de la Encuesta Acoso y Agresión Sexual en la Escalada: 1 de cada 2 mujeres y 1 de cada 6 hombres escaladores han sufrido acoso en el medio.
Por: Callie Marie Rennison y Charlie Lieu
Traducción por Sofía Arredondo
Los incidentes de acoso sexual y agresión sexual (SHSA, siglas en inglés que se usarán a lo largo de esta nota) son como grietas: la presencia de esta amenaza se puede esconder muy bien debajo de la superficie, sin tener signos obvios y atrapando a la gente por sorpresa. Mientras que los escaladores suelen discutir los peligros objetivos de las montañas, generalmente no hablan abiertamente sobre SHSA, lo que hace que el problema sea aún más perjudicial para la comunidad.
Previo al lanzamiento internacional de nuestra Encuesta de Acoso Sexual y Agresión en la Escalada, hablamos con algunos escaladores sobre el tema y obtuvimos una amplia gama de respuestas que iban desde “esta mierda sucede todo el tiempo” hasta “esto no puede ser un problema”. Dadas las perspectivas divergentes, nos dimos cuenta de que la recopilación de datos podría arrojarnos una luz sobre la verdadera naturaleza de este problema.
Tres tipos de receptores internacionales de la encuesta encontraron resistencia. Aquellos que creían firmemente que la SHSA no existe en la comunidad de la escalada, declararon que la encuesta era innecesaria o, incluso, estúpida. En los comentarios de las redes sociales debajo del enlace de la encuesta, declararon que nunca habían visto o escuchado hablar de alguien que experimentara este problema, o como argumentó un usuario de Facebook, la encuesta “intentaba crear un problema” donde no existe.
En el otro extremo del espectro, a algunas personas les preocupó el hecho de que, con abrir este tipo de encuesta se podría poner en cuestionamiento si SHSA es verdaderamente un problema, cuando se sabe que SHSA es reamente un problema. Estas personas se opusieron a responder la encuesta considerando que la acción inmediata y concreta es, en realidad, la solución más obvia.
¿Cómo se realizó?
La encuesta fue diseñada con varios objetivos. En primer lugar, para evaluar hasta qué punto SHSA es un problema presente y real en el mundo de la escalada. Segundo, comprender lo mejor posible la naturaleza de estas experiencias. Y por último, recopilar datos para informar, desarrollar o perfeccionar políticas para reducir incidentes, aumentar el conocimiento y proporcionar mejores sistemas de apoyo para todos los escaladores.
El equipo prefirió crear una encuesta breve, directa y sin gráficos para no despertar el trauma potencial de las víctimas que participaron. Uno de los mayores desafíos para los investigadores de experiencias traumáticas es que las víctimas no suelen participar en dinámicas que les provoquen revivir sus experiencias, lo que lleva a una participación insuficiente. Como nos explicó un sobreviviente de agresión: “Me resultaría difícil realizar una encuesta [en SHSA]. Fue lo suficientemente traumática como para recordar mi experiencia, lo último que quiero hacer es revivirla”.
Para alentar la participación, la encuesta requirió que los participantes respondieran sólo 3 preguntas, con otras 9 preguntas opcionales.
Al igual que con cualquier investigación ética de ciencias sociales, la participación en nuestra encuesta fue voluntaria, de acuerdo con la legislación nacional (de Estados Unidos) e internacional y los códigos de conducta de la mayoría de las comunidades científicas.
Lanzamos la encuesta en tres versiones: en inglés, enfocada a Estados Unidos y Australia, y una versión en español para México. La encuesta fue oficialmente compartida a través de E-blasts, páginas web y redes sociales por casi 40 organizaciones relacionadas con la escalada. Todas las versiones de la encuesta se administraron con Google Forms, y cada una permaneció disponible durante aproximadamente 6 semanas entre el 16 de abril y el 4 de julio de 2018.
Debido a que no está disponible una lista oficial de todos los escaladores, creamos y distribuimos invitaciones abiertas, un método común para la recopilación de datos estadísticos. Para garantizar que los resultados representaran una sección tan amplia, tanto de escaladores activos como retirados, alentamos encarecidamente a las personas a participar, independientemente de si habían sufrido o no acoso o agresión sexual. Los datos recopilados son anónimos, aunque los encuestados tenían la opción de ofrecer voluntariamente su nombre e información de contacto.
Resultados generales
Se recolectaron un total de 5339 respuestas, incluidas 4862 para la versión en inglés difundida por Alpinist, Rock & Ice, Climbing, Outside y otras publicaciones de Estados Unidos, 166 respuestas para la versión en español divulgada por Freeman Outdoors en México y 311 respuestas de la versión australiana organizada por Outdoor Australia.
Después de eliminar las respuestas claramente sin sentido, obtuvimos una muestra final de 5311, que representa a los participantes de más de 60 países de todo el mundo. En total respondieron 174 personas de México, que representan el 3% de los encuestados, por delante de Reino Unido y Alemania. Las respuestas más numerosas fueron de los Estados Unidos (68%), seguidas por Canadá (9%) y Australia (7%).
Aproximadamente la mitad de los encuestados fueron hombres (49%) y la mitad mujeres (48%). El resto eligió no compartir su género o ser identificado de otras maneras; sin embargo, fueron insuficientes como para llegar a conclusiones respecto a la comunidad de escalada en general.
El compromiso de los participantes fue excepcional: 926 (17%) de los encuestados proporcionaron información de contacto (23% de las mujeres y 13% de los hombres). Además, 998 encuestados, casi 1 de cada 5, proporcionaron comentarios abiertos sobre el tema. Generalmente, en este tipo de encuestas los participantes no se toman el tiempo para responder preguntas abiertas; por ello se reconoce un alto compromiso e interés en esta encuesta.
Alrededor del 40% de las mujeres y el 9% de los hombres respondieron “sí” a nuestra pregunta “¿Ha experimentado SHSA mientras practicaba una actividad de escalada?”
La encuesta también incluía preguntas sobre comportamientos más específicos: “¿has sufrido experiencias más específicas de SHSA (roces, manoseo, piropos, besos forzados, persecución, etc.).
Estas preguntas más detalladas revelaron que el 47% de las mujeres y el 16% de los hombres han experimentado interacciones que podrían clasificarse como SHSA mientras participan en una actividad de escalada, incluso no habiéndolo reportado como tal en un principio. Cincuenta y cuatro encuestados (3%) compartieron que habían sufrido violación (definida como penetración no consensual) por otro escalador o en un entorno relacionado con la escalada.
La discrepancia entre los participantes que eligieron voluntariamente la respuesta “sí” a la pregunta “¿Ha experimentado SHSA mientras practicaba una actividad de escalada?”, y aquellos que fueron asignados como víctimas de acuerdo a las respuestas dadas a otras preguntas específicas, respalda la investigación previa de que la población a menudo ignora qué experiencias son catalogadas como SHSA. Algunos encuestados pueden no darse cuenta de que su experiencia es considera SHSA.
Por ejemplo, cuando se realizan ejercicios grupales, la mayoría de las personas no identifican el acariciar a alguien por placer sexual -especialmente en contra de su voluntad-, como una agresión sexual, si no hay signos de daño físico. Del mismo modo, algunas personas no toman en cuenta como acoso sexual un comentario sexual no deseado, considerando que la acción tiene que repetirse varias veces para que entonces sí se considere acoso.
Los hombres que respondieron la encuesta sufren con mayor frecuencia manoseo y contacto no deseado. Las mujeres encuestadas comentaron con mayor frecuencia acoso verbal, piropos, contacto no deseado y persecución.
Resultados de México
En total respondieron 174 personas de México, que representan el 3% del total de los encuestados.
Cuando miramos únicamente los datos de la encuesta de México, las cifras son más altas, pero proporcionalmente iguales a los datos globales: el 46% de las mujeres mexicanas y el 6% de los hombres mexicanos respondieron “sí” a la pregunta: “¿Ha experimentado SHSA mientras practicaba una actividad de escalada?”
Del mismo modo, el 55% de las mujeres mexicanas y el 22% de los hombres mexicanos que participaron afirmaron que las vivencias experimentadas mientras participan escalada podrían clasificarse como SHSA, incluso no reportándolo como tal en un principio.
Si bien podría ser tentador observar estos números y concluir que hay un problema mayor en México en comparación con el resto del mundo, no obstante, no podemos llegar a ninguna conclusión definitiva debido al pequeño número de encuestados de dicho país.
Experiencias de SHSA
¿Cómo son las experiencias de SHSA? Algunos participantes mencionaron haber sufrido agresión sexual de otros escaladores durante expediciones de montañismo u otros viajes organizados. Varios comentaron que alguien había tratado de ingresar a su tienda de campaña sin haber sido invitado. Otras víctimas dijeron que los ataques tuvieron lugar en su propio hogar o en la de sus amigos. Estos hechos incluyen violación e intento de violación.
Sin embargo, la mayoría de los incidentes denunciados pertenecen a la categoría de acoso sexual, incluidos comportamientos como contacto sexual no deseado, acoso verbal y piropos ofensivos. Múltiples estudios, incluido el nuestro, muestran que los hombres también son acosados y agredidos sexualmente, y que las mujeres también pueden ser agresores, aunque menos comunes.
Los agresores de SHSA incluyeron escaladores profesionales, instructores, amigos, conocidos, compañeros de escalada, clientes de gimnasios/expediciones, socios comerciales, compañeros de trabajo, vendedores y completos extraños. El acoso sexual descrito en las respuestas de la encuesta no se limitó al espacio físico, sino también a través de las redes sociales.
De acuerdo a los resultados, generalmente quienes han sufrido acoso y/o agresiones sexuales, encuentran poco apoyo dentro de su comunidad cuando informan o hablan sobre su experiencia.
Una mujer mencionó que se acercó a un amigo para pedirle apoyo, después de un intento de violación por un conocido mutuo, y se sorprendió al escuchar a su amigo responder: “Qué esperas, estás soltera”. Otro participante comentó haberle dicho a una director de una organización de escalada sobre sus experiencias de SHSA, a lo que la mujer respondió: “¿Cuál es el problema? Así son las cosas”.
Este tipo de respuesta apunta a una desinformación grave: algunos miembros -influyentes de las comunidades de escalada, que están bien posicionados para generar una diferencia- no parecen tomar la SHSA como un problema porque no lo ven, no lo reconocen o lo han normalizado.
Más de la mitad de las mujeres (58%) y uno de cada cinco hombres (21%) que habían experimentado SHSA, afirmaron que a partir de ello cambiaron la forma en que se involucran con las comunidades y actividades. Los cambios se produjeron de tres maneras principales: (1) se desvincularon de la escalada, (2) dejaron de viajar para escalar y (3) escalan únicamente con un grupo particular de personas.
Para algunos, desvincularse de la comunidad de escalada significó no hablar ni interactuar con extraños -incluso con otros escaladores- mientras escalan. Para otros, significó dejar la escalada por completo. Una ex-guía voluntaria de un viaje de escalada informó que más de un participante en su club local de escalada había dejado de practicar este deporte debido al acoso y las amenazas de agresión.
Para otros encuestados, su desvinculación con su comunidad de escalada fue involuntaria: fueron rechazados por otros miembros de su comunidad como resultado de informar o frenar SHSA.
Muchos de los que experimentaron SHSA eligieron nuevos compañeros de escalada. Después de años de tratar de ser aceptada como parte de un grupo, y de ser acosada y manoseada, una mujer comenzó a escalar “casi exclusivamente con mujeres, y solo con hombres que conocía”. A pesar de esto, fue besada a la fuerza por un amigo de un amigo después de un día de escalada en el desierto.
Algunas mujeres encuestadas afirmaron que al escalar únicamente con mujeres (o al establecer parámetros estrictos con sus cordadas), se sentían más seguras. Mencionaron que al tener a la cordada indicada podrían mantener a distancia a acosadores. Sin embargo, esta estrategia posee desventajas, como la limitación del número de cordadas o instructores posibles.
La escalada es intrínsecamente peligrosa y existen muchos peligros objetivos -como las inclemencias del tiempo y los desprendimientos de rocas-, que pueden hacer que los escaladores se sientan vulnerables. Agregar elementos humanos como el SHSA, puede ser particularmente peligroso para la seguridad dentro de la escalada.
La Dra. Heather McCauley, profesora de la Michigan State University, señala: “La exposición repetida a SHSA en un entorno ya de por sí de riesgo tiene efectos generalizados en la salud mental de las víctimas, y muchas de ellas experimentan síntomas de trastorno de estrés postraumático. Es importante destacar que la salud mental posterior al SHSA está determinada por factores que van más allá del propio acoso o agresión, incluida la percepción de la víctima hacia la amenaza en dicho entorno, así como la respuesta -de rechazo o apoyo- de quienes están su alrededor después de una experiencia tal.
Sexismo
Si bien la encuesta no preguntó sobre cuestiones de sexismo, en general (fuera de SHSA), docenas de encuestados informaron que era un problema importante en sus comunidades de escalada. Mencionaron comentarios no deseados que recibieron sobre su peso, su ropa y sus cuerpos. Otros afirmaron haber escuchado comentarios sexistas sobre sus capacidades -suposiciones de que las mujeres serían lentas en las rutas, que tendrían escasa capacidad para escalar o que no podrían proporcionar una beta correcta sobre las rutas-.
Una declaración común fue que los hombres con frecuencia dan “spot” o “seguro” (que involucra contacto físico no deseado) cuando no se necesita o solicita. Páginas, blogs y redes sociales fueron llamados como espacios plagados de sexismo. Los encuestados describieron los efectos de todas estas experiencias como limitantes para que las mujeres escalen sin miedo, ansiedad o incomodidad.
Al igual que la sociedad en general, las comunidades de escalada no son homogéneas, y las variaciones en las experiencias cambian de región a región, incluso dentro de diferentes grupos en un mismo muro o gimnasio.
Si algunos han tenido experiencias traumáticas de SHSA mientras practican actividades relacionadas con la escalada, otros afirmaron que la comunidad de escalada les ofrecía un espacio libre de SHSA, que experimentan con mayor frecuencia en el mundo “real”. Varios participante mencionaron que la comunidad outdoor y los escaladores en general suelen ser más respetuosos que personas que no pertenecen al medio.
La respuesta de la comunidad: ¿qué debemos hacer?
Dado que 1 de cada 2 mujeres y 1 de cada 6 hombres escaladora/es han experimentado SHSA mientras participaban en actividades relacionadas con la escalada, el problema es claramente real y sustancial, y es necesario abordarlo.
Percibimos que el tema de SHSA está lleno de dificultades e incomodidades para muchas personas, así que para afrontar juntos este complejo tema, aquí hay algunas pautas a seguir.
Como testigo, lo más importante que se debe hacer si observa a alguien siendo acosado o agredido es intervenir -siempre que sea seguro hacerlo-, de acuerdo a las “Cuatro D” de respuesta:
Directamente: intervén deteniendo al acosador por medio de la palabra o parando el incidente.
Distrayendo: desvía la atención del acosador y ayuda a sacar a la víctima del área.
Delegando: dirígete con alguien especializado o con alguna autoridad para solicitar que intervenga. Esto incluye centros especializados en SHSA si es el caso.
Demora: si es demasiado tarde para intervenir, consulta a la víctima en qué puedes ayudar.
La Dra. Gillian Pinchevsky, profesora de la Universidad de Nevada, Las Vegas, señala que “muchas personas no intervienen en algunas situaciones porque no saben qué hacer. La capacitación de intervención de los espectadores les proporciona los conocimientos para saber qué hacer y cómo actuar de manera apropiada y segura”.
La reacción y respuesta que tenemos frente a alguien que nos confiesa haber sufrido SHSA, determina de manera importante la forma en que esa persona maneja la experiencia. Algunas respuestas adecuadas son las siguientes: “Te creo. Sé que tomó mucho valor compartirme esto”, “Esto no es culpa tuya”, “No mereces que esto te pase” y “Gracias por compartir esto conmigo/confiar en mí”.
Es crucial no señalarle a la víctima lo que creemos que pudo haber hecho, culparla por experimentar SHSA, o minimizar la experiencia. Algunos ejemplos de esto, son los siguientes: “Estás bromeando”, “Estoy seguro de que fue solo un malentendido” o “Eres bonita/joven/soltera/bien dotada, ¿qué esperabas? No es fácil revivir un trauma y compartir una experiencia de SHSA. Nuestra reacción puede significar la diferencia entre el silencio de una víctima, culparse a sí mismo, sentirse aislado y/o nunca volver a mencionarlo, o sentirse apoyado y atendido. El apoyo que se le brinde reforzará la voluntad de la víctima para buscar justicia si es algo que desea hacer.
Para los miembros y representantes de organizaciones, muros, clubes, escuelas, es crucial evitar cualquier tipo de SHSA antes de que inicie, pero este objetivo es desafiante. Los manuales para impedir el acoso y la agresión sexual recomiendan ampliamente rechazar todo tipo de propagación de materiales discriminatorios y hostigadores, incluidos chistes, memes, grafitis, carteles, correos electrónicos y fotografías.
Una declaración pública de intenciones respecto al rechazo de SHSA también es adecuada. Es fundamental crear e implementar códigos de conducta para garantizar que los miembros sepan qué es el SHSA y que no será tolerado. Para ello, es importante definir las políticas, procedimientos y acciones que se llevarán a cabo si se presenta SHSA. Dichas precauciones estarán comprometidas con una cultura más segura e inclusiva.
Nadie deberá estar exento -incluidos escaladores famosos, veteranos, líderes, entrenadores, instructores y dueños o representantes de muros o clubes-. Es útil crear un equipo de miembros capacitados, que sean capaces y estén dispuestos a responder de manera rápida y efectiva. Éstas son las recomendaciones de muchas organizaciones e instituciones que no pertenecen al medio, y se pueden aplicar de manera similar en la comunidad.
El camino a seguir: #SafeOutside
Los resultados de la encuesta propiciaron el desarrollo de políticas, así como el involucramiento de decenas de organizaciones de escalada y medios de comunicación outdoor internacionales, que están participando con declaraciones públicas y cobertura del tema.
La Encuesta de Acoso y Agresión Sexual en la Escalada es solo el primer paso de una iniciativa más grande llamada #SafeOutside que dio inicio el 27 de agosto.
Si quieres aprender a prevenir y combatir cualquier tipo de SHSA puedes encontrar aquí -en inglés- un manual creado por #SafeOutside, que incluye orientación, ejercicios y materiales educativos.
#SafeOutside continuará la investigación para impulsar políticas y programas de educación especializados para mantener seguros e informados a los escaladores y a todos los amantes del aire libre.
Al unirse al movimiento #SafeOutside, los escaladores y la industria del aire libre en general podrán liderar con el ejemplo y generar cambios positivos en el mundo en general. Si bien es poco probable que se erradique por completo la agresión y el acoso sexual, este es un primer paso importante. El trabajo más difícil aún está por delante.
Compartiendo el hashtag #SafeOutside nuestra voz tiene poder para hacer la escalada más segura e inclusiva para todos.
Dra. Callie Marie Rennison y Sra. Charlie Ann Lieu
La Dra. Callie Marie Rennison y la Sra. Charlie Ann Lieu son las investigadoras y creadoras de la Encuesta sobre Acoso y Agresión Sexual en la Escalada así como del movimiento #SafeOutside. Si quieres leer sobre su extraordinaria trayectoria, aquí.
Media: centros de atención, códigos penales y documentos sobre acoso, hostigamiento y agresión sexual en México
Texto informativo sobre las expresiones de violencia, violencia de género, violencia sexual, hostigamiento sexual y acoso sexual de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México.
Código Penal Federal de México de hostigamiento sexual, abuso sexual, estupro y violación.
Centro de Atención a las Mujeres, en Ciudad de México. Las denuncias pueden levantarse en el Ministerio Público Virtual. Como víctima, se puede acudir al Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales.
Video de la Secretaría de la Función Pública de México: ¿Qué es el acoso sexual?