Roca para toda una vida en Ensenada
Con el paso del tiempo, son cada vez más las nuevas zonas de escalada que comienzan a surgir a lo largo y ancho del territorio nacional. Y ahora nos tocó conversar con dos grandes escaladores mexicanos, quienes bajo la invitación de Diego “Mutante”, decidieron ir a explorar una zona con un enorme potencial en los alrededores de Ensenada, Baja California Norte.
Santiago de Alba y Diego González nos platican un poco sobre su viaje, en donde no solo encontraron roca para una vida, sino que también recolectaron en su cuerpo, una buena cantidad de veneno extraído de la agreste vegetación.
Entrevista con Santiago de Alba y Diego González
Freeman (F): ¿Cómo surge la idea de Ensenada?
Santiago (S): Generalmente el clima de México favorece que conforme se acerca el final del año, las condiciones resultan la mejor temporada para planear y realizar un viaje de escalada. Estábamos ansiosos por organizar algo, cuando se presentó la oportunidad de ir a Baja California Norte. Diego “Mutante” desde hace tiempo nos había platicado de una zona con muchísima roca, en la que incluso, algunos escaladores ya habían explorado anteriormente.
(F): ¿Cuál fue la principal motivación?
(S): No siempre se tiene el tiempo para ir semanas a escalar y definitivamente lo quieres planear bien, pero por otro lado, el ir a la aventura de descubrir nuevas zonas y sobre todo ayudar a desarrollar la escalda en algún lugar sonaba increíble.
(F): ¿Quiénes conformaron el grupo?
Diego (D): Fuimos cuatro integrantes, de los cuales tres ya nos conocíamos muy bien (Diego “Mutante”, Santiago y yo), el cuarto integrante fue un gran camarógrafo llamado Daniel Meléndez. Es importante mencionar lo emocionados que estábamos por realizar este viaje y personalmente creo que éramos uno de los equipos más fuertes para realizar la exploración y con ello también primeros ascensos.
(F): Santi, platícanos un poco del lugar
(S): Llegamos a Ensenada, donde el clima básicamente cambia cada cinco minutos, pero aun estando en la costa, se presta mucho para escalar debido al frío seco y con viento. Desde el primer día fuimos a explorar algunas áreas que “Mutante” había ubicado anteriormente. No es necesario moverse más de 20 minutos para encontrar un mar de boulders, en cualquier dirección a la que te dirijas. En lo personal, nunca había visto tanta roca y hace mucho que no me emocionaba tanto por ver una zona de escalada, pero no sólo encontramos boulders sino un sin fin de aventura.
(F): ¿Toda una aventura?
(S): Sin duda. Es un lugar salvaje, nos atascábamos en la camioneta casi todos los días, entre lodo y arena. Además, visitamos todos los arbustos venenosos, pero lo más difícil fue ver que aun con tanta roca, no era tan fácil encontrar boulders posibles de escalar, ya que son pelotas gigantes de granito muy duro pero muy pulido, así que la misión se convirtió en encontrar agarres.
(D): Yo debo agregar que no sabíamos que tendríamos que enfrentarnos a una experiencia casi mortal, viviendo varios días el ardor en el cuerpo causado por el ácido abstracto que íbamos recogiendo de tres tipos diferentes de plantas venenosas. En pocas palabras… ¡Nos cargó el payaso!
(F): Pero aún con la comezón, la exploración siguió su curso ¿correcto?
(S): Así es. Exploramos una zona llamada Piedras Gordas, muy cerca de Ensenada, en donde básicamente no acabarías de ver los boulders en una vida; después planeamos búsquedas en otros lugares, como la Sierra Blanca, pero es más difícil acceder. Y después decidimos ir a lo grande y buscar boulders en el parque nacional de San Pedro Martí, a cuatro horas de Ensenada.
(F): ¿Había dudas sobre lo que encontrarían?
(S): La realidad es que ir a buscar y desarrollar por primera vez es un proceso difícil y las posibilidades de encontrar algo, son iguales a las de no encontrar nada, pero supongo que eso es parte de la aventura y si no se tiene la curiosidad de ir a buscar algo nuevo, después resultaría aburrido.
(F): Además de recolectar veneno ¿lograron escalar?
(S): Las condiciones de clima nos hicieron regresar a Piedras Gordas y con lo que habíamos visto antes, decidimos que era momento de sacar los pads, ponernos magnesia y atacar. Limpiamos algunos boulders que encontramos, algunos quedaban fáciles y otros muy difíciles. Incluso quedaron de tarea proyectos arriba de V13, los cuales mantendrán ocupados a los locales por un tiempo.
(F): Incluso en los viajes más salvajes, siempre hay algo positivo.
(S): ¡Sin duda! Es interesante ver que con un poco de tiempo que estuvimos en Ensenada, logramos activar la escalada y motivar a la comunidad local. Incluso escalamos con el dueño del Güllich Power Gym, quien al final nos invitó a una sesión de escalada con el grupo de niños escaladores de Ensenada, fue muy divertido y lleno de motivación.
(F): ¡Felicitaciones por este viaje de exploración!
(S): Definitivamente nos dimos cuenta que al final de todo, se requiere de mucho trabajo, tiempo, dinero y energía, el ir a desarrollar nuevas zonas de escalada, así que un gran respeto para los desarrolladores de zonas ya sea de boulders o rutas, por ese esfuerzo y pasión por la escalada.