¿Podemos imaginar las actividades outdoor sin una mochila? El «backpacking» no solo es fundamental para todo deporte al aire libre: es, en sí misma, una actividad por descubrir.
Posiblemente una de las actividades outdoor más antiguas en la historia del ser humano es el backpacking. Imaginemos aquellas movilizaciones nómadas de los primeros grupos de seres humanos, con su morral elaborado con piel de animal, transportando algunos huesos (del mismo animal) como las primeras herramientas, así como algunas bayas o semillas como las primeras provisiones.
La mochila
La mochila se ha convertido en uno de los artículos básicos para realizar actividades al aire libre, e incluso me aventuro a decir que muchas de las actividades del día a día como ir a la escuela, al trabajo, y hasta el mercado la mochila se ha vuelto un indispensable.
¿Salir de casa con mi mochila, con una laptop y dos manzanas rumbo a la oficina es backpacking?, en estricta teoría debería serlo, pero hay algunas características que hay que tener en cuenta a la hora de profundizar en la esencia de la actividad.
Lo primero es el sentido de aventura, y aunque puede tratarse de toda una odisea llegar en transporte público, bicicleta o caminando a nuestro lugar de trabajo, conforme vamos dominando la ruta, se va perdiendo esa emoción de no saber qué nos deparará el siguiente kilómetro; pensemos en ir a explorar una nueva montaña, o la misma pero por otro camino; o tal vez un pueblo e incluso una zona que no conocemos en la ciudad, esa sensación de ir descubriendo con nuestros sentidos es fundamental en ésta práctica.
Flexibilidad: capacidad de adaptación y cambio
Otro elemento es la flexibilidad, y con ésto me refiero a que podemos llegar con una idea vaga de nuestro destino u objetivo, conocer otros caminos, abrir nuevas rutas, buscar algo que nos contó algún otro backpacker que existía, en fin, poder decidir en el momento si girar a la izquierda o a la derecha es otra característica importante, el itinerario lo vamos armando al momento o dejamos suficiente tiempo para explorar algún sector que nos interese.
El tiempo es el gran enemigo, habrá quienes puedan irse por días, meses o años en su aventura con mochila alrededor del mundo, pero para quienes no puedan hacerlo, el tiempo limitará nuestra flexibilidad a la hora de tomar algunas decisiones.
Planeación
El siguiente componente es la planeación, ¿cómo que planeación? ¿no acabas de decir que se trata de ir a la aventura y a ver qué sucede?, si, eso dije, pero previo a tu salida debes tomar decisiones, y esas decisiones son sobre que vas a meter a tu mochila, que vas a cargar para lograr el objetivo propuesto, aún cuando éste sea ir por todas las playas de la costa del pacífico, debes decidir si llevarás tu cámara, una muda de ropa, un gps, o una casa de campaña, el reto está en sobrevivir a la aventura con tu mochila.
Hay quienes también consideran que el backpacking debe ser lo más cercano a “gastar lo menos posible” o “de bajo presupuesto”; este ingrediente se vincula mucho al boom de turismo mochilero de los años 60’s, en lo personal no lo considero una parte esencial, ya que la aventura es personal e incluso esa aventura implique tener que invertir algunos dólares para poderla realizar.
Como te habrás dado cuenta, el backpacking es una actividad que lejos de ser exclusiva de un ecosistema o de equipo muy especializado, como el surf o escalar en hielo, sólo requiere de tomar un par de decisiones, empacar lo que creamos indispensable, y darse la oportunidad de descubrir al ritmo y gusto que uno quiera.
No importa si es un bosque, un desierto, un pueblo abandonado, una playa, una isla, una ciudad o incluso una zona industrial, no importa si es a 1km de tu casa o tienes que tomar un avión, dos trenes, un taxi, y un camello; tampoco importa si lo haces sólo, en pareja o en grupo; o lo haces con pocos o muchos dólares; lo importante es salir de la zona de confort, seleccionar ese otro camino, descubrir algo, y aprender de ello, y si es posible, compartirlo.
¿Nos vamos?… no olvides tu mochila.