Entrevista a Adrián Garza: volar en parapente desde los volcanes mas altos de Mexico, incluido el Pico de Orizaba. Esta es su experiencia.
Adrián Garza es originario de Monterrey y vive desde hace cuatro años en Ciudad de México, donde trabaja en una agencia de Marketing.
Su pasión por las actividades al aire libre comenzó hace veinte años, cuando descubrió la escalada en la Huasteca y que ha practicado a lo largo de este tiempo. Hace seis años tuvo su primera experiencia en los volcanes y las grandes alturas. En el 2012 subió por primera vez el Pico de Orizaba y el Iztaccíhuatl. La atracción fue inmediata y los ascensos a alta montaña continuaron.
El parapente lo descubrió hace dos años. Realizó el curso completo para obtener la licencia de piloto en Valle de Bravo -sitio preferido de muchos parapentistas extranjeros-, junto a los 30 vuelos que se requieren para obtener el permiso. Igualmente, ha tomado cursos de escalada, montañismo y parapente en países como Perú, Canadá, Francia y Estados Unidos.
«Cuando comencé el curso para obtener la licencia de piloto ya había subido unas 25 veces el Pico de Orizaba y el Iztaccíhuatl. Tuve la inquietud de tratar de volar desde los volcanes.»
– Adrián Garza
Primer vuelo: en el Iztaccíhuatl
El primer vuelo autónomo que Adrián realizó fue al Iztaccíhuatl en enero de este año. Se trató de un vuelo corto, de alrededor de 15min. Despegó a 5218msnm y aterrizó a 3861msnm.
«Una experiencia increíble. Aunque fue un vuelo corto, fue el primero que realicé autónomo, es decir, ya con mi licencia.»
– Adrián Garza
Vuelo desde la cumbre del Pico de Orizaba
El segundo vuelo a un volcán mexicano lo realizó desde la cumbre del Pico de Orizaba el 21 de enero del 2018. Adrián despegó a 5631msnm.
«Fue un vuelo más complicado, había mucho viento y tuve que aterrizar a 4966msnm en la cara sur del volcán. No quedó de otra más que empacar el parapente y descender la montaña caminando. Volar en parapente requiere mucha objetividad y saber hasta qué punto uno debe continuar y dónde parar.»
– Adrián Garza
De vuelta al Iztaccíhuatl
Volver al Iztaccíhuatl era uno de los planes principales de Adrián. El el 4 de febrero del 2018 le tocó un día perfecto. Despegó a 5221msnm y aterrizó a 3997msnm.
«El viento, perpendicular a la montaña, estaba a mi favor. Fue un increíble vuelo de una hora y aunque podía continuar, aterricé por frío.»
– Adrián Garza
La Malinche
Un poco más abajo de la cima de La Malinche, a 4286msnm Adrián despegó y voló descendiendo el volcán hasta aterrizar en un centro vacacional del IMSS.
«Despegué a 180m de la cumbre de La Malinche, en la cara norte, porque no hay tanto espacio y el despegue no era viable desde la cima. Fue un vuelo directo a un centro vacacional del IMSS. Duró casi 20min. Estuve investigando y si bien se han realizado vuelos en parapente desde la cumbre del Pico de Orizaba y del Iztaccíhuatl, no he encontrado ningún registro de alguien que haya volado en La Malinche.»
– Adrián Garza
Nevado de Toluca
En el Nevado de Toluca Adrián realizó un pequeño vuelo desde la orilla del cráter hacia afuera, para luego volver y aterrizar dentro del cráter, entre las dos lagunas.
«Despegué a 4411msnm y aterricé a 4236msnm. Fue también un vuelo corto por las condiciones del viento, pero lo gocé.»
– Adrián Garza
El vuelo más reciente a un volcán: Téyotl
El sábado 24 de noviembre Adrián realizó el que es probablemente el primer vuelo en parapente en el Téyotl. Despegando a 4587msnm y aterrizando a 3648msnm, encontró muy buenas condiciones para planear por encima del Iztaccíhuatl.
«Semanas antes fui a conocer la ruta. Esto es algo que se ha de hacer siempre antes de un vuelo. Vi que el lugar era óptimo, esperé buenas condiciones climatológicas y regresé el sábado para ahora sí, volar.»
– Adrián Garza
Entrevista a Adrián Garza
Freeman (F): Adrián, ¿qué significa para ti hacer parapente en los volcanes de Mexico?
Adrián Garza (A): El vuelo de parapente es algo tan nuevo en México y todavía hay muchas cosas por hacer. Se ha realizado, en el Iztaccíhuatl y Pico de Orizaba, por ejemplo, pero realmente poco. Para mi, volar en los volcanes mexicanos posee el verdadero sentido de aventura. Es un espacio de mucho potencial. Por ello trato de documentar todos mis vuelos, para que otra gente se pueda servir de esa información.
(F): ¿Cuál es la sensación térmica que alcanzas en un vuelo a estas alturas?
(A): A esas alturas necesitas que haya un poco de viento para despegar y por lo mismo, días no tan fríos. Volando, el viento te pega a unos 30km/h, así que la sensación térmica puede ser muy baja. Si la temperatura es de -1ºC sin viento, tal vez volando se perciban 7 grados menos. Además, cuando encuentres corrientes termales puedes hacer vuelos de muchas horas.
(F): ¿Cómo han sido tus vuelos en los volcanes de México y cuáles son tus siguientes proyectos?
(A): Todos los vuelos los he hecho en solitario. Cargo mi material hasta la cumbre, preparo todo y despego.
Por lo pronto me encantaría regresar al Pico de Orizaba, porque el vuelo que realicé ahí fue corto; quisiera aterrizar cerca de Tlachichuca.
También quiero volver a volar en Téyotl y no sólo hacer un vuelo directo, sino con más tiempo y tratar de planear por encima de la cabeza del Iztaccíhuatl. Se trata de un lugar poco frecuentado, pues la ruta de ascenso más concurrente es por la cara norte.
Ahora me preparo para el X-Alps, una carrera que se llevará a cabo el próximo junio y en la que compiten 32 pilotos que vuelan desde Salzburgo en Austria, hasta Mónaco. Ahí, ayudaré en toda la logística a mi instructor, Marko Hrgetic, quien va a hacer la carrera. Buscar posibles despegues, las veredas y accesos más prácticos, cargar provisiones, todo lo que haga falta. Se trata de una mítica carrera de parapente en Europa, que dura aproximadamente dos semanas.
(F): Por último, pero no menos importante, ¿qué se necesita para que México sea un destino para la práctica de parapente, tanto en los volcanes como en otros lugares, así como para que la comunidad de este deporte crezca?
(A): Para este tipo de vuelos, sobre todo en los volcanes, lo primero que hay que adquirir es un vasto conocimiento teórico-práctico de montañismo, alpinismo y escalada. Se requiere de un profundo aprendizaje de lectura de clima, mapas, terrenos, practicar la toma de decisiones en situaciones clave, y todo esto se desarrolla con la práctica, con progresiones graduales y, sobre todo, con instrucción profesional.
Es clave hacer una cosa a la vez; primero conocer el terreno, para luego volar. Subir con equipo de parapente implicar cargar 12kg más; por eso hay que seguir pasos previos, una progresión segura y sana, que aplica para cualquier cosa.
En Europa, por ejemplo, hay toda una cultura de parapente. Es un deporte regulado formalmente, con federaciones que lo supervisan. Además, es fácil porque a 2500msnm ya no hay vegetación alta, mientras que en México, para llegar a terreno alpino tienes que subir a 4000msnm.
No obstante, en México hay diferentes lugar para aprender. A Valle de Bravo viene gente de muchos lugares del mundo, pues encuentran altas probabilidades para volar. Donde vamos más atrasados es en no contar con un sistema de enseñanza formal que tenga reconocimiento. Por ello, lo mejor es contar con una certificación internacional (APPI).
Por otra parte, es un deporte en el que nos encontramos con una barrera de entrada: comprar el equipo, tomar cursos, es caro, de hecho, es más caro que escalar. Dicho eso, comparado con otras formas de vuelo, es mucho más accesible.
No obstante, en Mexico hay un gran potencial para que el parapente crezca. Se trata de un deporte seguro si se cuenta con una buena capacitación e instrucción previa. Además, se puede realizar por muchos años, no hay límite de edad. Eso sí, repito, no es opción ser autodidacta, se requiere capacitación formal y mucha práctica.
(F): Muchas gracias Adrián, y que sigan los vuelos.
(A): En este tipo de deportes, la gente comparte mucho más las historias de accidentes que las historias positivas y eso distorsiona la percepción del peligro. ¡Gracias por contribuir a compartir también historias felices a través de Freeman!
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