La idea de un tenis que me acerque a la experiencia de estar descalzo y que me proteja de las inclemencias del suelo es un sueño que he tenido desde niño. En cuanto supe de la existencia de los Five Fingers hice los trámites necesarios para probarlos. Después de dos años de uso y tres pares, esta es mi experiencia.
La verdad, no compré los Five Fingers por la idea del minimalismo al correr, lo hice porque me emociona la idea de estar descalzo, pero hacerlo de verdad es absolutamente impráctico. Por eso, he utilizado los Five Fingers para toda mi vida cotidiana, desde caminar en la calle, hasta correr por la playa o, incluso, en un maratón de montaña.
Uso casual de los Five Fingers
La prueba de fuego en el uso de calle a los Five Fingers lo hice durante un viaje en el que decidí no gastar en hotel y caminé con un amigo durante la madrugada para conocer la ciudad. Caminé en total unos 50 kilómetros en pavimento con unos Five Fingers Spyridon MR, y creo que no fue tan buena idea. No tuve ninguna lesión, pero sí un cansancio poco común en partes del pie que no sabía que tenía.
Caminar por la calle con los Five Fingers no es fácil. ¿Recuerdas cómo es caminar descalzo al salir de bañarte? Es parecido, pero en la calle. Estamos acostumbrados a caminar con el talón primero, y los Five Fingers no están diseñados para eso.
Con los Five Fingers siempre parece ser más fácil correr que caminar. Incluso comencé a correr en la calle en cualquier momento con tal de evitar caminar con los talones primero.
Los Five Fingers parecieran invitarte a moverte corriendo en cualquier momento.
Correr con los Five Fingers
Cuando comencé a correr con los Five Fingers iba saliendo de una lesión en la rodilla izquierda y venía arrastrando numerosos esguinces de diferente grado en ambos tobillos. El doctor me recomendó correr en banda, pero sentía una punzada intensa en la rodilla al correr como normalmente hacía (talón al frente), así que comencé a correr de puntas. La diferencia fue abrumadora. Con un par de semanas de correr de puntas el dolor desapareció y pude correr más rápido por más tiempo. El siguiente paso fue comprar los Five Fingers y no he visto para atrás desde entonces.
La carrera más exigente que he terminado con los Five Fingers fue el UTMX 2014 en su sabor de 42 kilómetros. Fue una experiencia extraordinaria tanto por la calidad de la carrera, como por la satisfacción de utilizar mis Spyridon (los mismos con los que caminé 50 km., incluso hoy tienen muy poco desgaste). Algunas de las características que destaco de mi experiencia son:
- Los Five Fingers tardan muy poco en secarse. Pude chapotear en los ríos y tener el pie seco un kilómetro después. No usé calceta, por supuesto.
- No tuve ni siquiera un poco de abrasión en los dedos. Las ampollas parecían problemas de otra vida previa a los Five Fingers.
- Los Five Fingers no se salen (si son de tu talla). En mi experiencia, es muy difícil que se te salgan los Five Fingers o que siquiera se afloje el sistema de sujeción.
Por otra parte, no todo fue miel sobre el trail. En la misma carrera terminé con espinas entre los dedos y un cansancio en las pantorrillas que supera por mucho a lo que he experimentado en otros maratones donde sí he corrido con el talón al frente y no de puntas, como con los Five Fingers.
La vida con los Five Fingers
Miradas curiosas, apodos de amigos y preguntas constantes forman parte de la cotidianidad de utilizar Five Fingers para todo. Son buenos para romper el hielo pero, en mi experiencia, no son bien valorados como un elemento estético del guardarropa. Afortunadamente siempre me he sentido cómodo en el lado “raro” de la moda.
Así, mis tres pares de Five Fingers me han acompañado a playas, ciudades, carreras y montañas. No es fácil conseguir la fortaleza en los pies y pantorrillas para correr siempre con ellos, pero no es imposible. Tampoco es agradable en ocasiones lidiar con las miradas y críticas, pero para algunos nos es fácil omitir comentarios.
Y no, en dos años no he pasado por ninguno de los problemas de los que se han quejado cientos de consumidores que terminaron demandando a Vibram por falsa publicidad. Si acaso, creo que su publicidad se quedó corta. Es extraordinario estar “casi” descalzo.
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