Por una escalada con rutas y zonas más seguras
Reemplazo de un anclaje en malas condiciones en la cueva de El Arenal.
La respuesta a todas luces parecería sencilla (y lo es), pero existen diversas variables que pueden hacernos percibir el tema desde puntos de vista distintos y, por lo tanto, las respuestas también podrían ir en caminos no solo diferentes, sino incluso opuestos.
Podríamos responsabilizar al armador y a las condiciones atmosféricas o con el paso de los años, al clima. También podríamos achacarlo a los usuarios o a los malos usuarios. O bien, podríamos culpar a los fabricantes del equipo por no hacer un producto a prueba de TODO. De hecho, podríamos culpar a quien sea, de acuerdo a nuestra percepción y criterio.
Pero la respuesta en general es solo una: todos y cada uno de nosotros como escaladores y usuarios somos responsables de un anclaje en mal estado (y también en bueno), aun si no usamos algunos anclajes en particular.
Esto no quiere decir que sea necesariamente nuestra culpa el que esté en malas condiciones, ni que seamos nosotros necesariamente quienes debamos o podamos remediarlo. Básicamente quiere decir que la seguridad depende de cada uno de nosotros y todos podemos contribuir de manera distinta a la solución del problema.
Habrá quienes, por su preparación y nivel de experiencia, o incluso por sentido común, solamente puedan dar aviso del problema. Habrá quienes, además, puedan dar el aviso a las personas indicadas para resolverlo. También quienes, además, puedan hacer una aportación económica para compartir los gastos de reemplazo. Y habrá quienes, por su preparación y nivel de experiencia puedan hacer el remplazo. O simplemente habrá quien lo haga todo (como suele suceder).
Pero lo que por ningún motivo debemos hacer, es caso omiso a los avisos de seguridad que ponen en riesgo la vida e integridad de las personas. Tampoco debemos pensar que nada va a pasar o que nada va a pasarnos, porque sí pasa e incluso al grado de cobrar vidas y es lamentable escuchar la famosa frase de “se pudo haber evitado”.
Así que, la próxima vez que veas un anclaje en malas condiciones (suelen ser fácilmente identificables), da aviso a la comunidad escaladora, para juntos encontrar la mejor forma de solucionar el problema, que quizá no es culpa de nadie, pero sí es responsabilidad de todos.
5 consejos básicos para la seguridad:
1.- Contar con poca experiencia no te hace ajeno al problema. Infórmate y capacítate.
2.- Aprende a identificar posibles riesgos y la forma de solucionarlos. No te expongas, ni dejes que los demás se expongan.
3.- Un nivel alto de experiencia no solo no te hace ajeno al problema, te hace directamente partícipe. Pon el ejemplo y actúa de manera responsable.
4.- Evita las rutas con anclajes en mal estado y encuentra los mecanismos para transformar las rutas peligrosas, en rutas seguras.
5.- Hay muchas formas de apoyar el armado o reequipado de un anclaje, de una ruta o incluso de una zona. ¡Participa!
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