Día Internacional de la Mujer: una buena razón para mostrar cómo la mujer outdoors está liderando una nueva generación, más allá de los estereotipos.
No hablaremos en esta ocasión de casos particulares, como lo son los logros deportivos, sino de un movimiento global. Si tan solo hace unos años era difícil encontrar mujeres escaladoras, armadoras, alpinistas, corredoras y riders de ciclismo de montaña, surfers, kayakistas y demás disciplinas al aire libre, hoy en día eso está cambiando.
Cada vez son más las mujeres que practican deportes al aire libre y es frecuente encontrarlas cuando salimos a la montaña o naturaleza. Hace dos años incluso la mujer outdoor se convirtió en una tendencia: publicidad, campañas de marketing, comerciales se vestían de la imagen de la mujer.
Pero la huella femenina está llegando más allá de su simple presencia en el mercado. Las mujeres jóvenes están abrazando el aire libre como nunca antes, y con ello han exigido y creado competencias, festivales, talleres, asociaciones, guías, equipo y ropa outdoor diseñados especialmente para ellas (por ejemplo, hace una década no existían zapatos de escalada para mujeres).
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Las mujeres son capaces y una parte integral de nuestra cultura al aire libre, tanto que, desde este ámbito, están transformando tendencias y estereotipos. Las mujeres outdoors son morenas, latinas, asiáticas, rubias, indígenas. Las mujeres outdoors son embravecidas, de piernas raspadas y rodillas desolladas. Tienen hombres anchos, cabello corto y a veces despeinado, tiene muslos fuertes, curvas bien formadas, brazos marcados, son pequeñas y también altas. Tienen cayos en las manos y en los pies, algunas se hacen manicura, otras tienen tierra en las uñas. Y todas ellas son más fuertes de lo que parecen, siempre más fuertes.
Las mujeres outdoors están dando un ejemplo al mundo (por supuesto, no el único): son físicamente diversas, ideológicamente distintas, deportivamente diferentes, incluso espiritualmente contradictorias, pero todas ellas han encontrado al aire libre un espacio de libertad. La mujer outdoor de todo el mundo está superando los límites de lo que es capaz y en todas sus direcciones.
Porque las batallas no se ganan con discursos, sino con actos. Puede ser precisamente al aire libre donde la actual generación de mujeres trascienda el uso de su imagen como un recurso mercadológico, donde también halle la transición hacia el reconocimiento de la fortaleza que tiene, más allá de la tradición de emplear el cuerpo femenino como un objeto.
Las mujeres outdoors no son ya un anuncio ocasional (en el que se muestra a la imagen simbólica que se supone que representa todos sus diversos intereses y experiencias). La mujer al aire libre es más que una tendencia, y mucho más que un estereotipo. Y el futuro es brillante, pues estos mecanismos para la construcción del respeto y reconocimiento están configurando un camino desafiante pero gratificante para la mujer del aire libre del mañana.
Hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es propicio reconocerles a cada una de ellas su labor tan trascendente al aire libre, con el que permitirán que nuevas generaciones hallen un espacio de libertad y en el que, la única huella que dejarán, será la de un mundo más equitativo.
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