Conoce la historia de Maureen Beck, la chica que nació sin un brazo, ganó campeonatos mundiales de paraescalada y busca encadenar su primer 5.12c.
Por: Blog de Escalada
Foto de portada: Cedar Wright / Reel Rock Tour
Si hubiéramos nacido sin una mano, ¿nos dedicaríamos a una actividad deportiva como la escalada? Para muchas personas, la respuesta sería negativa, pero no para la estadounidense Maureen Beck. La escaladora estadounidense cobró fama cuando salió en la película “Stumped”, en Reel Rock 13, que documentó su vida, su carrera y su ascenso a una ruta 5.12a en Estados Unidos.
Nació sin una mano izquierda, Maureen Beck es una de las mejores competidoras y ganadoras de paraescalada de su país y cuando ella no está compitiendo, gestiona el equipo de paraescalada de EE.UU. (entidad responsable de la organización de competiciones en territorio de Estados Unidos).
La escaladora puede ser vista constantemente alentando a los recién llegados al deporte para unirse a la creciente comunidad de paraescaladores. Mucho más que querer dar una clase, la escaladora ambiciona algo mayor y más social, crear un futuro para la comunidad paraescaladora.
Maureen Beck ganó cuatro títulos de Estados Unidos, el oro en el Campeonato Mundial Paraescalada en 2014 y el título del Campeonato Mundial Paraclimbing IFSC en 2016. Además de competir, está constantemente en busca de proyectos personales en la escalada en roca. Debido a este espíritu intrépido, Maureen Beck es reconocida como uno de los ejemplos de la escalada femenina mundial.
¿Cómo empezó todo?
Como se dijo anteriormente, Maureen Beck nació sin una de las manos. Su familia siempre la trató de manera especial y le enseñaron a no intimidarse ante cualquier declaración, o amedrentarse ante cualquier desafío. Su deficiencia no la alejó de las actividades desde la infancia. Por tener este espíritu, sus padres tampoco pusieron barreras para que hiciera ninguna actividad.
Desde la infancia frecuentaba campamentos de scouts y fue allí tuvo su primer contacto con la escalada (tanto interior como en la roca), deporte que le apasionó y que no le intimidó; encontró la manera de disfrutar la actividad. Fue así que apareció su amor por escalar con apenas 12 años de edad.
“Yo estaba en el campamento de scouts y traté de escalar sólo por diversión”, recuerda Maureen. “Me quedé instantáneamente fascinada y empecé a comprar libros y revistas sobre montañismo. Finalmente, empecé a guardar mi dinero que ganaba trabajando como niñera, para poder pagar una guía de escalada una vez al año en un parque cercano a mi ciudad natal”, comenta Beck.
Para Maureen Beck, la escalada pasó de ser una actividad de fin de semana a algo mucho mayor, cuando ella estaba en la universidad. A menudo encontraba tiempo entre las clases para ir a escalar. En el año 2012 se trasladó al estado norteamericano de Colorado, lo que le permitió quedarse cerca de las mayores concentraciones de escalada de calidad de EEUU. No es casual que en el estado viven escaladores del calibre de Lynn Hill, Tommy Caldwell, Margo Hayes, entre otros.
Viviendo en Colorado
Cuando Maureen Beck llegó a Colorado para participar en un evento de escaladores, encontró una situación completamente diferente de lo que estaba acostumbrada. En otros lugares, Maureen era la única escaladora con limitaciones físicas. En el evento, encontró a varios veteranos del ejército norteamericano sin miembros, esforzándose para escalar las paredes de 30 metros y conectarse con otras personas con discapacidad. Eso abrió una especie de portal para ella.
De allí a las competiciones, fue consecuencia natural. En 2013, los amigos de Beck la llevaron a competir en los GoPro Mountain Games, tradicional competencia que tuvo lugar en la localidad de Vail, también en el estado de Colorado. En aquel año fue la primera edición que hubo competiciones para la categoría de escalada adaptable (paraescalada). Beck ha competido, más por solidaridad que por interés, sólo con el deseo de salir con los amigos. A pesar de que no había ganado ninguna medalla, el fracaso la motivó para entrenar de manera más dedicada.
Al año siguiente, en Atlanta, Estados Unidos realizó su primer campeonato nacional de paraescalada. Beck fue la única participante en su clase (extremidades superiores) y ganó sólo por aparecer, pues no tenía competencia. Beck se sintió animada con la medalla que la calificó para ir a España para competir en el Campeonato Mundial. Allí, Beck se convirtió en la primera mujer estadounidense en ganar un Campeonato Mundial de la Federación Internacional de Escalada Deportiva (IFSC).
Hoy, Beck intenta pasar cuatro días a la semana en la academia y dice que está constantemente trabajando en maneras de probar que es tan buena como cualquier otro escalador.
Escalada en roca
Para probar que no sólo es una escaladora que ha ganado competiciones adaptadas, Maureen también se esfuerza por superarse en la escalada en roca. Hasta el momento, la ruta más difícil que ha ascendido es un 5.12a. Actualmente, Beck tiene en la mira un 5.12c cerca de la ciudad de Boulder. La recomendación de la vía vino de nadie menos que Alex Honnold.
El año pasado, Maureen Beck ganó prominencia en los medios americanos (que le valió un premio como “aventurero del año”) mientras que escalaba, junto con su socio Jim Ewing (también paraescalador), la Torre de la flor de loto (2570m) en Canadá.
Este año la escaladora pretende ir a Yosemite por primera vez en la vida y experimentar la escalada en el lugar. Cuando se le preguntó cuál es el límite (una pregunta hasta cliché que los periodistas laicos adoran hacer escaladores), ella responde “Yo no sé cuál es el límite real, creo que no he encontrado todavía”.