Fernanda Rodríguez, primera mexicana en encadenar un 5.14a, protagoniza el tercer episodio de EscaladorasMX, el fantástico proyecto que da voz a cinco de las mejores escaladoras mexicanas de la actualidad.
En seguimiento a los estrenos que cada jueves YamaFilms trae para nosotros, a través de Discovery Latinoamérica, nos acercamos a María Fernanda Rodríguez que brilla por su sencillez, su humildad y por ser una extraordinaria escaladora que ha roto con todos los paradigmas de género.
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María Fernanda Rodríguez, oriunda de Monterrey, Nuevo León, comenzó a escalar a los 14 años y, para llegar a donde está ahora, pasó por un proceso largo y difícil. “Fery”, como la mayoría la conocen, descubrió la escalada cuando su hermana, Andrea, después de haberse ido de pinta, dio con El Diente, en Guadalajara y la convenció de ir.
Viniendo de una situación de recursos limitados, Fery y su hermana se las ingeniaron, cada fin de semana, durante años, para poder escalar.
“Para nosotras era imposible comprar equipo. Al principio, escalar era hacer caminatas y subir piedras en el monte. Un día, unos chavos nos preguntaron si queríamos escalar, escalar de verdad. Nuestra respuesta inmediata fue que sí. Cuando llegué hasta arriba, pasó algo, no sé, pero ese momento cambió mi vida para siempre. Por primera vez pude sentir una tranquilidad en mi ser, pude ver todo desde arriba. Algo que capturó mi corazón de la escalada fueron las vistas, la posibilidad de ver el horizonte. Sentí que todo iba a estar bien.” – Fernanda Rodríguez
Al principio Fery vio con recelo “el plástico”, y defendía la escalada en roca como una pasión, no como un deporte. Pero las competencias se convirtieron en el vehículo para conseguir material de escalada.
“La razón por la que competí la primera vez, fue porque quería los zapatos que daban de premio. Gané esa compe. Más tarde, mi hermana y yo, supimos que había competencias federadas y comenzamos a participar, porque sabíamos que si participábamos, podíamos viajar. Durante un tiempo tuvimos la esperanza de que la federación nos iba a poder brindar apoyo o becas deportivas y así podríamos solventar nuestros estudios. Desgraciadamente no fue así.” – Fernanda Rodríguez
En el caso de Fernanda, el desarrollo como atleta de alto rendimiento fue un camino solitario. Quería seguir escalando, pero fuera del ámbito competitivo. Dedicarle el mayor esfuerzo a la escalada en roca.
“Lo más importante fue reconocer que escalo porque me gusta, porque me gusta estar conmigo misma en la montaña, porque me gustan los amigos y porque me ha permitido ir a los lugares más hermosos. Lo que define a la escalada no es competencia sino motivación.” – Fernanda Rodríguez
Y no fue fácil. Comenzó a trabajar en muros y buscó la manera de poder pasar el mayor tiempo posible en roca.
“En realidad, no tuve que sacrificar algo en mi vida. Más bien tuve que tomar una decisión. Cuando mis papás me preguntaron, acabando la prepa, qué quería estudiar y qué quería ser de grande, me sentí angustiada. Escalar significaba todo para mí, me hacía sentir plena. Años antes, en la adolescencia, gracias a la escalada me alejé de personas tóxicas y de ambientes que están lejos de la disciplina. Pero en este momento tenía que decidir entre estudiar y trabajar, o escalar y vivir. Escogí la segunda opción y me prometí que iba a ser la mejor escaladora y que iba a cumplir una lista de objetivos que en ese entonces escribí.” – Fernanda Rodríguez
Y Fernanda lo consiguió. Entre sus metas de la lista se había propuesto ser la primera mexicana en encadenar una ruta de grado 5.14, una dificultad de escalada deportiva que no había sido lograda por una mexicana, hasta que conquistó la ruta Bomba H, en El Salto, Nuevo León.
“Lo quería, no por el reconocimiento de ese grado físicamente, sino por la mentalidad que se tenía en ese momento de que las mujeres escalan de yoyo, en los ‘oncecitos’ y ‘docecitos’. No entendía por qué me preguntaban siempre si quería hacer una ruta de yoyo. Podemos hacer lo mismo. Y eso quería, romper ese paradigma. Era una analogía, quería abrir punta, ir de punta.” Fernanda Rodríguez
También tenía la ilusión de ganarle en una competencia a Isabel Silva. En aquel entonces las dos competidoras que se llevaban los dos primeros lugares de los nacionales eran Isabel “Chere” Silva y Fernanda.
“’Chere’ representaba para mí la mejor escaladora de México. Lo ganaba todo y yo quedaba en segundo lugar. Y yo pensaba, algún día le voy a ganar. No como competencia, sino como motivación. Yo sentía admiración por ella. Desgraciadamente Isabel dejó las competencias y mi primer lugar llegó después.” – Fernanda Rodríguez
Su tercer sueño fue escalar Sendero Luminoso, en Potrero Chico. Había visto esa ruta por primera vez con 17 años y hace unos años Fernanda escaló esa gran pared con Marisol Monterrubio, acompañadas por Isabel Silva y Karla Moya.
Y los logros de Fernanda toman mayor relevancia por los retos que ha tenido que superar para llegar hasta donde está. En varias ocasiones se ha visto afectada por las diferencias de género que hay en nuestro país. Incluso, le quitaron un premio de un viaje internacional.
“Me llegaron a quitar premios porque éramos muy pocas mujeres. Para invitarnos, nos bajaban cielo y estrellas. Pero al final, daban menos premios de lo que habían prometido. Una vez gané una competencia y el premio era un viaje todo pagado a Hueco Tanks para primer y segundo lugar femenil. Yo había ganado el segundo lugar. Al final, me dijeron que sólo iban a dar el primer lugar y me quedé sin mi viaje y me dio mucha tristeza. No pasó lo mismo en los premios para la rama varonil. Ahí me di cuenta de la importancia de la igualdad.” – Fernanda Rodríguez
Pero, como en todos los atletas que llegan lejos, estas situaciones no fueron razón suficiente para que Fernanda dejara a un lado su pasión.
“Desgraciadamente yo no pude ir a muchas competencias por no tener dinero y el viaje se lo daban a escaladoras que sí podían pagar sus viáticos. Pero, paradójicamente, eso me motivó para darle duro en la roca. Todo pasa por algo. No tenía dinero, pero tenía el tiempo, el esfuerzo y la pasión para darlo todo en la roca. Y eso me hace feliz, porque la roca es libre, allí no se necesita juez.” Fernanda Rodríguez
Lynn Hill representó siempre, para Fernanda, la imagen femenina de la escalada que la inspiró y motivó para abrir su propia brecha. Con ella, dice Fernanda, “comprendí que la fuerza no está en los músculos, está en la mente.”
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