Fanny Bullock, la alpinista que llegó a los confines más remotos de los Himalayas y que cambió el dominio de la exploración tanto tiempo reservado al hombre.
Fanny Bullock Workman (1859-1925) fue una geógrafa, cartógrafa y exploradora nacida en Worcester, Massachusetts, Estados Unidos, que logró romper diversas barreras de género muy adelantadas a su tiempo con una fortaleza y convicción tal que la convirtió hoy en una de los grandes referentes del alpinismo femenil de la historia.
Bullock no sólo fue la primera mujer estadounidense en dar una charla en la Sorbona, París, y la segunda en hablar en la Royal Geographical Society, después de Isabella Bird, también demostró que una mujer podía ascender a grandes latitudes de la misma forma que un hombre, alcanzando los 7,000m del pico Pinnacle, por ejemplo, un récord femenino en aquella época.
Si se quiere hablar de las mujeres que han abierto las puertas del alpinismo femenil, Fanny Bullock no puede quedar fuera de esa lista; dedicó su vida a poner en cuestión las limitaciones impuestas a las mujeres dentro de los deportes de montaña. Hija del gobernador de Massachussets, Bullock recibió una educación avanzada y se casó con William Hunter Workman, un hombre adinerado del que, sin embargo, no adoptó su apellido, algo poco usual para aquella época.
Sus primeros viajes los realizó a través de Europa, donde cruzó países como Francia, Suiza, Italia y España en bicicleta -en este país recorrió 4,500km en 1893-, durmiendo en refugios o lugares donde los sorprendía la noche y deteniéndose en aquellos otros donde encontraban montañas que quería ascender junto a su esposo. Fanny se convirtió en la primera mujer en escalar el Mont Blanc, el Jungfrau y el Matterhorn. Más tarde, también en bicicleta, viajó por Birmania, Ceilán (actual Sri Lanka) y Java. Sumó, junto a su esposo, alrededor de 23 mil kilómetros en bicicleta.
A partir de allí, el matrimonio realizó viajes a los Himalayas durante catorce años, un lugar inexplorado en aquel tiempo y muy difícil de recorrer sin mapas cartográficos, mismos que Fanny desarrolló. Se trata de principios del siglo XX, una época en la que la exploración geográfica y el montañismo estaban reservados sólo para los hombres. Fanny fue, en la mayoría de sus expediciones, la líder.
En su primer viaje a los Himalayas, Bullock fue la primera mujer de Occidente en ver el K2 en persona; allí rompió tres récords de altitud femeniles: primero alcanzando la cumbre Siegfriedhorn, un pico de 5,700m de altitud, luego otro pico de 5,930m, nombrándolo Monte Bullock Workman, y finalmente subieron el Koser Gunge con los 6,400m de altura. En 1906 volvió junto a su esposo a Cachemira, donde se convirtieron en los primeros occidentales en explorar el macizo Nun Kun, que rebasa los 7,000m. Allí Fanny escaló el pico Pinnacle de 6,930m (7,091m según su medición).
Ninguna otra mujer realizó ascensos en los Himalayas hasta tiempo después de la Primera Guerra Mundial. Para aquellos años, sin embargo, los avances tecnológicos en el equipo y la organización eran bastante considerables, algo que supuso un cambio radical en los riesgos y dificultades en este tipo de expediciones.
Fanny Bullock y su esposo William Hunter realizaron diversas publicaciones que incluían tanto sus diarios de viajes -donde ella narraba la forma en la que vivían las mujeres de las ciudades y pueblos que visitaba-, como observaciones científicas sobre distintos fenómenos; por estas últimas obtuvo medallas de honor de diez sociedades geográficas europeas, ingresó como miembro al American Alpine Club, al Royal Asiatic Society, al Club Alpino Italiano, al Deutscher und Österreichischer Alpenverein y al Club Alpin Français.
Uno de los libros biográficos sobre Fanny Bullock que vale la pena leer es Queen of the Mountaineers, de Cathryn J. Prince, donde se revela el papel tan importante que jugó Fanny en la ciencia y la exploración, rompiendo fronteras y trazando nuevos caminos para las mujeres no sólo en el ámbito deportivo sino en todas las vías del desarrollo personal. Fanny fue una defensora abierta del sufragio femenino; en una de sus expediciones desplegó un cartel que decía: “Votos para las mujeres”.
“El objetivo de situar mi nombre completo en conexión con la expedición [al glaciar Siachen] … no es porque desee en absoluto impulsar mi imagen, mas solamente porque en los logros de las mujeres, ahora y en el futuro, debería darse a conocer y dejar constancia escrita de que una mujer fue la iniciadora y líder especial de esta expedición. Cuando, posteriormente, la mujer ocupe su posición reconocida como trabajadora individual en todos los campos, así como en los de la exploración, no se precisará tal énfasis de su trabajo; pero ese día no llegó todavía por completo, y actualmente le corresponde a las mujeres, por el beneficio de su sexo, dejar registro de lo que hacen, como mínimo.”
—Two Summers in the Ice-Wilds of Eastern Karakoram