Consejos de prevención y tratamientos. Nada peor que sentirse fuerte y no poder continuar con la sesión de escalada porque la piel no lo permite.
Una de las partes del cuerpo más determinantes para escalar son las manos. Lesiones o heridas sobre la piel pueden cancelar un día -o incluso semanas- de escalada.
La mayoría de los escaladores hemos sufrido de manos despellejadas, callosas, resecas, o de heridas en la piel como las conocidas “boquitas” -grietas-, raspaduras, ampollas, y un sin fin de molestias cutáneas.
En esta ocasión te traemos algunos consejos para el cuidado, prevención y tratamiento de heridas no profundas en la piel de las manos, de tal modo que tus jornadas de entrenamiento y escalada no se vean limitadas por las condiciones de tu piel.
Prevención
Aplica el manicure del escalador
Siempre que no tengas heridas abiertas: antes de lavarte las manos y después de una sesión de escalada -o incluso, durante la sesión-, utiliza el cortacutículas y la lima de manos para emparejar los callos y cortar esos pequeños pellejos o piel suelta que quedan.
Lava tus manos tan pronto termines de escalar
El magnesio nos funciona perfectamente bien para mejorar nuestra escalada en la medida en que seca el sudor de nuestras manos. Sin embargo, si lo dejamos por más tiempo, el proceso de deshidratación continúa y con ello la piel pierde elasticidad -se reseca, despelleja, agrieta, etc.-
Hidrátate con productos sin alcohol
Después de cada sesión de escalada y de lavarte las manos, así como antes de dormir, aplica una crema hidratante y reparadora, de preferencia sin alcohol (al tener la piel sensible, el alcohol la irrita más).
Hay diversas marcas especializadas para la escalada. Otra opción es la crema o aceite a base de Rosa Mosqueta, excelente para la regeneración de los tejidos y el crecimiento celular.
La piel hidratada permanece flexible, firme y elástica evitando así el desgaste.
Bebe agua
Es muy importante tomar mucha agua para que el cuerpo se hidrate. La presencia de manos despellejadas es señal de mala hidratación.
Evita el contacto directo con productos químicos
Usa guantes, de verdad, úsalos. Los detergentes y demás productos de limpieza son muy abrasivos para la piel, así que te recomendamos usar guantes de cocina.
Tratamientos
Si ya tenemos una herida: un callo abierto, un raspón, una ampolla, estos son los pasos que debes tomar en cuenta para poder continuar con tu escalada o simplemente para sanarlas.
Para poder seguir escalando
Enjuaga y desinfecta la herida: este paso es importante porque la herida sanará más rápido. Deberás repetirlo una vez terminada la sesión.
Espera que deje de sangrar: sí, todos tenemos ansiedad por continuar nuestra sesión y que no se vea interrumpida por nada, pero para estos casos es mejor parar un poco, beber agua y esperar a que la herida deje de sangrar -de lo contrario, la cinta se te caerá en el primer pegue-.
Ponte cinta: usa esparadrapo transpirable sobre la herida y continúa con tu sesión hasta que la mano aguante.
No uses pegamentos: algunos escaladores recurren al uso de pegamentos para que la cinta se adhiera mejor a la mano, e incluso directo en la herida para evitar el sangrado. Sin embargo, este método es completamente insalubre y afecta más la regeneración natural de la piel.
Para sanar
Callos, grietas -“boquitas”- y despellejamiento: te recomendamos aplicar sobre los mismos unas rodajas de papa o pepino por unos 15 min. La sábila o el aceite de coco también son excelentes para recuperar la hidratación de la piel.
Cortes y heridas abiertas: lo mejor es lavar, desinfectar y dejar al aire libre la herida para que sane más rápido. Las curitas son una opción si nuestras manos estarán en contacto con objetos a lo largo del día, pero siempre es mejor airearla.
Ampollas: una opción es tapar con gasa la ampolla y esperar que la piel se regenere naturalmente. Pero si continuaremos con sesiones de escalada en los próximos días, otra opción es drenar la ampolla. Ahora bien, hay que realizarlo con todas las medidas de higiene y prevención de infecciones. Para drenarla, es recomendable hacer más de un orificio -pequeños- y así facilitar la salida del líquido linfático. Es importante dejar la piel muerta en su lugar para que actúe como barrera. En caso de que la piel muerta esté rota, será necesario cortarla y tratar la herida.