Primer clasificado mexicano al surf olímpico y faro de esperanza para el desarrollo del deporte nacional. Alan Cleland hizo historia en París 2024.
Por Luca Benedetti.
Para entender el significado de la presencia de Alan Cleland en un escenario tan espectacular como es Tahití, primero tenemos que entender el contexto del surfing mexicano contemporáneo. En uno de los países con la mejor calidad y diversidad de olas a nivel mundial, con un clima privilegiado y con una tradición de surfing de por lo menos tres generaciones heredada de nuestros vecinos del norte, México es lo que llamamos un paraíso del surfing. Eso sí, con sus complejidades y matices que se entretejen en las realidades locales de las costas, principalmente (aunque no exclusivamente) del Pacífico mexicano.
El contexto del surfing profesional mexicano ha sido bastante caótico y no por falta de talento. Por un lado, la situación compleja de la federación que viene cargando una deuda importante desde administraciones pasadas; por otro lado, el momento histórico en el que se encuentra la industria, con un cambio importante en la gestión de las grandes marcas que han marcado las últimas tres décadas del deporte. En numerosas ocasiones, los atletas mexicanos se han distinguido en el panorama internacional prácticamente por sus propios medios o con poco apoyo por parte de patrocinadores e instituciones. Lamentablemente, nada nuevo para los deportes que no se juegan en una cancha de pasto pateando un balón o persiguiéndose en un coche que vale millones de dólares.
Lo cierto es que, a pesar de todo, hay una generación de surfers mexicanos que están realizando el sueño de poner el surfing mexicano en el mapa mundial. Primero, Jhonny Corzo con la medalla de oro en los World Surfing Games en 2017, y ahora Alan Cleland, quien se ha asegurado un lugar en la historia del surfing mexicano y ha llevado alto el nombre de México en su primera calificación para los Juegos Olímpicos.
Alan Cleland: Un Ícono del Surf Mexicano
Alan Cleland Jr., nacido en 2002 en Boca de Pascuales, Colima, hijo de un ex-surfista profesional originario de San Diego, California, y madre mexicana, creció entre dos culturas, absorbiendo lo mejor de ambas y desarrollando un estilo único en el agua. Su padre, Alan Cleland Sr., es una leyenda del surf de olas grandes. Alan Sr. decidió encontrar su nueva casa en las olas de Boca de Pascuales, un spot que regala tubos perfectos y olas grandes en un beach break de calidad mundial.
Alan creció y se formó en estas olas, y su dedicación al deporte se reflejó en su meteórico ascenso en el circuito competitivo. Con su estilo fluido y agresivo, y su capacidad para leer las olas con precisión, ha ganado múltiples campeonatos nacionales e internacionales under 16 y under 18, incluyendo una medalla de oro en los World Surfing Games en El Salvador el año pasado.
Distinciones Entre ISA y WSL
Ahora la cosa se pone un poco confusa para quien no sigue de cerca el surf profesional. Para entender el contexto en el que Cleland compite, tenemos que dar un paso atrás y distinguir entre la International Surfing Association (ISA) y la World Surf League (WSL). La ISA es la entidad que gobierna el surf a nivel olímpico y organiza eventos que determinan la calificación para los Juegos Olímpicos. En cambio, la WSL se centra en el circuito profesional, organizando competiciones a lo largo del año que coronan al campeón mundial de surf. Mientras que la WSL ofrece una plataforma para los mejores surfistas profesionales, la ISA se enfoca en el desarrollo global del surf y su inclusión en eventos multi-deportivos como los Juegos Olímpicos.
Tahití: Un Escenario de Leyenda
Tahití fue el lugar elegido para el surf en estos juegos, honrando la tradición polinesia que dio origen a este deporte. En especial, Teahupo’o, conocida como “el muro de calaveras”, es la ola escenario de las competiciones de surf olímpico. Es una de las más espectaculares del mundo, conocida por su inmensa potencia y sus tubos rompiendo sobre un arrecife de coral poco profundo. Teahupo’o no es ninguna broma y Alan demostró su nivel en los heats con un surfing sólido y consistente, enfrentándose a competidores experimentados en esa ola. Aunque finalmente fue derrotado en la tercera ronda por el francés Joan Duru, su participación dejó una marca significativa y un antes y un después en el surfing mexicano.
El Futuro del Surf Mexicano
La presencia de Cleland en las Olimpiadas tiene el poder de impulsar el desarrollo de infraestructura y fortalecer la profesionalización de los surfistas en México. Quedamos con la esperanza de que la exposición mediática y el orgullo nacional que genera su participación también puedan atraer más inversión y patrocinio que merecen los talentos mexicanos.
A pesar de su salida temprana, Alan lleva en sus hombros el título de pionero del surfing mexicano y su contribución para poner México en el panorama de un deporte que, a través de los Juegos Olímpicos, se está posicionando en el imaginario colectivo por su valor atlético, cultural y social.
La historia de Alan Cleland es un testimonio del potencial del surf mexicano y un faro de esperanza para futuras generaciones de surfistas en nuestro país. Con miras a futuras competencias, el futuro del surf mexicano se vislumbra brillante y prometedor.
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