El 5 de agosto se celebra el Día del Montañista, una fecha para honrar a aquellos que se aventuran en las alturas, enfrentando desafíos personales, naturales y técnicos. Sin embargo, en las últimas décadas, la línea entre el montañismo tradicional y el montañismo turístico se ha desdibujado debido a varios factores, incluyendo avances tecnológicos, desarrollo comercial y, desafortunadamente, el cambio climático. Tomamos la oportunidad para tocar el tema.
El montañismo tradicional
El montañismo tradicional es una disciplina que requiere una gran preparación física, técnica y mental. Los montañistas clásicos, como Reinhold Messner, Ed Viesturs o Ueli Steck, por mencionar algunos, han llevado esta práctica a niveles extraordinarios, enfrentando cumbres sin el uso de oxígeno suplementario y rompiendo récords de velocidad en ascensos técnicos. Este tipo de montañismo no solo implica escalar montañas, sino también navegar por glaciares, superar crevasses y enfrentar condiciones meteorológicas extremas utilizando principalmente sus propios recursos, sus propios límites. El objetivo desde esta perspectiva, no es solo llegar a la cumbre, sino lograrlo por uno mismo, asumiendo en su totalidad la dificultad, el riesgo y el trabajo que significa.
Lo anterior, sin embargo, es una simplificación. El montañismo como deporte tiene casi dos siglos de existir y su evolución ha sido notable.
El Montañismo Turístico
Con el tiempo, el montañismo se ha vuelto más accesible al público en general gracias a las empresas de guías y a la mejora del equipo y las técnicas, en suma a que las condiciones en las montañas se han transformado como consecuencia del cambio climático. Muchas personas ahora pueden escalar montañas icónicas como el Everest o el Mont Blanc con la ayuda de guías experimentados y equipos avanzados. Este fenómeno ha permitido que aquellos sin experiencia extensa en montañismo puedan lograr hazañas significativas, aunque a menudo dependen en gran medida del soporte logístico y la infraestructura creada por las expediciones comerciales. Actualmente es posible, por ejemplo, trasladarse en helicóptero entre campos base, ascender sobre cuerdas fijas conectado permanentemente a un tanque de oxígeno, lograr una, dos o catorce montañas de ocho mil metros y ni siquiera haber tenido que atarse por sí mismo los crampones. Eso sí, no es barato.
Estilos de Escalada en el Alpinismo
Dentro del alpinismo, existen varios estilos de escalada que definen la manera en que los montañistas abordan sus ascensos. La definición y características de estos estilos es motivo de discusión y estudio extenso, sin embargo, ofrecemos estos párrafos como referencia básica:
- Estilo Alpino: Este es considerado el estilo más puro de alpinismo, donde los escaladores ascienden con el menor peso posible, al menor impacto posible. Los alpinistas llevan todo su equipo consigo, lo que requiere una gran eficiencia y una excelente condición física. Además, el montañista que asciende en estilo alpino es responsable por completo de su propia técnica, sus decisiones, sus maniobras y, por supuesto, de sus errores.
- Estilo de Expedición: En este enfoque, se establecen campamentos base y campamentos intermedios a lo largo de la ruta. Los escaladores suben y bajan la montaña varias veces para aclimatarse y transportar equipo. Este estilo es común en ascensos a grandes montañas como el Everest, donde la aclimatación y la logística son cruciales. Este es el estilo empleado en los ascensos comerciales típicos.
- Estilo Turístico de alto nivel: Este estilo ha ganado popularidad gracias a las empresas de guías que facilitan el ascenso a personas con poca o ninguna experiencia en montañismo. Los turistas son asistidos por guías profesionales que manejan la logística, el equipo y la seguridad, permitiendo que más personas experimenten la emoción de alcanzar grandes cumbres. Se trata de una evolución en el estilo Expedición al que se agrega el uso de helicópteros, un mayor número de porteadores, campos base con todas las prestaciones tecnológicas y de comodidad posibles, y un objetivo clave: otorgar la cumbre a toda costa a la persona que esté pagando por ello.
Logros notables del montañismo tradicional
Ejemplos de logros alpinos incluyen la velocidad y la técnica impecable de Ueli Steck, conocido como la «Máquina Suiza», quien rompió récords de velocidad en ascensos técnicos como la cara norte del Eiger, por ejemplo. Por otro lado, Reinhold Messner fue el primer hombre en escalar todos los catorce picos de 8,000 metros sin oxígeno suplementario, demostrando un nivel de autosuficiencia y resistencia sin igual.
Comúnmente los logros reconocidos por la comunidad montañista internacional involucran algún grado de innovación y novedad en el alcance del deporte. Por ejemplo, el alcanzar una cumbre inexplorada, ascender una ruta en particular que no había sido lograda y, sobre todo, que el estilo de ascenso sea el de menor impacto en la montaña y con la menor dependencia posible en recursos externos (dando prioridad a los propios recursos técnicos y físicos de los atletas).
Logros del montañismo turístico
En contraste, el montañismo turístico ha permitido a muchas personas alcanzar cumbres con la ayuda de oxígeno suplementario y cuerdas fijas. Actualmente existe un gran número de personajes que han logrado las cumbres más altas de planeta en tiempo récord gracias a la contratación de compañías de guías que ofrecen la colocación de kilómetros de cuerda, transportación en helicóptero, servicios de cocina, comedor, porteo e incluso apoyo para que físicamente un porteador o guía realice un esfuerzo en jalar al personaje para conseguir el ascenso.
Desde luego, cada caso será diferente, sin embargo, es una realidad que existen personas que aprovechan las posibilidades actuales del montañismo turístico para crear la percepción de haber conseguido logros monumentales ante una opinión pública que no necesariamente es especialista.
Factores que han influido en esta transición
- Avances Tecnológicos: El desarrollo de equipo especializado y la industrialización de los servicios guiados ha facilitado que los montañistas turísticos se enfrenten a terrenos complicados sin que sea necesario que posean la habilidad técnica, fortaleza y conocimiento para ello. Existen ofertas muy sofisticadas que se ofrecen en el mercado para que una persona con suficiente dinero y capacidades mínimas pueda realizar ascensos impensables hace algunas décadas.
- Cambio Climático: Las condiciones en las montañas están cambiando. Los glaciares se están derritiendo, lo que altera las rutas tradicionales y a veces facilita el acceso a las cumbres. Esto no siempre juega a favor de los turistas, sin embargo, rutas como el Espolón de los Abruzzos en el K2, que ha sido tradicionalmente temida por su complejidad técnica y riesgos objetivos, en años recientes ha visto ascensos multitudinarios con decenas de turistas en la cumbre.
- Popularización del Deporte: La mayor cobertura mediática y las historias de éxito han inspirado a muchas personas a intentar el montañismo. Las redes sociales y los documentales han mostrado las bellezas y desafíos del montañismo, atrayendo a una nueva generación que busca experiencias extremas a través de proveedores que permitan acceder al logro sin tener que atravesar la profesionalización que se requiere para practicar montañismo por uno mismo.
¿Hacia dónde debe ir el montañismo?
Tal vez el presentar ambas caras del montañismo, la deportiva y la turística, aparente ser una dicotomía insalvable, pero no necesariamente es así. Finalmente la industrialización puede arrojar beneficios económicos a comunidades que solían estar marginadas, por ejemplo, o contribuir a la creación de tecnologías y procesos que limiten el riesgo de los montañistas. Sin embargo, sí es fundamental proponer dos claves a considerar para el futuro del montañismo:
- La clasificación del logro en su merecida categoría. Ya se ha propuesto la creación de una nomenclatura que especifique el estilo del ascenso, por ejemplo: Everest GOP (Everest con Guía, Oxígeno suplementario y Porteadores), o Everest AS (Everest en estilo Alpino y en Solitario).
- El reconocimiento de cada logro dentro de su propio ámbito. Así como hay lineamientos a respetar para reconocer el logro de un atleta en otros deportes, así debe ocurrir con el montañismo. Si no se puede cortar camino en un maratón, modificar la bicicleta en una pista o usar aletas al nadar en una competencia, ¿por qué se debe reconocer el logro deportivo de alguien que subió en helicóptero el primer tramo de una montaña?
La conclusión probablemente carezca de relevancia inherente desde el aspecto deportivo: se defiende por principio, pero no cambia estrictamente nada. Sin embargo, sí que puede haber un impacto ante el severo daño al entorno que se causa al realizar ascensos turísticos «a toda costa» y con decenas de clientes reclamando un logro por su pago. ¿Cuál es la solución? Empecemos por tocar el punto. Déjanos tu opinión.
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1 comentario
Yo opino que no debería reconocerse en absoluto el ascenso de alguien que solo cargo su mochila con agua, mientras lo demás está a cargo de alguien más y peor si tuvieron que «arrastrarlo» para llegar a la cumbre. Tomar un helicóptero, es como tomar taxi para llegar a la meta de un maratón.