Taller de Aseguramiento: SAFE + BELAY
Por Javier Serratos A.
Y así es. Cuando vamos a escalar solemos ir pensando en nuestro proyecto, en cómo estará el clima y en que nos gustaría encadenar ese día, entre muchísimas cosas más, pero son pocas (muy pocas) las ocasiones en que nos ponemos a pensar en manos de quién ponemos nuestras propias vidas. Porque cuando nos aseguran (o aseguramos), así es, la vida de uno depende del otro. ¡Literalmente!
Subestimamos o simplemente dejamos de lado el papel predominante que juega el asegurador en la escalada, pero en realidad su buen trabajo es (o debería ser) lo que nos permite contar las buenas historias al final del día… Quién encadenó, quién no pudo hacerlo o quién se aventó un tremendo vuelo intentando proteger. Porque a menos que seamos como Alex Honnold, difícilmente podremos prescindir de los servicios de un buen amigo que nos de “BELAY”.
Es cierto que la tecnología ha avanzado de manera impresionante en los últimos años y el equipo de seguridad en la escalada no es la excepción, pero ahora más que nunca es muy importante entender que no podemos transferir al equipo la responsabilidad de nuestra seguridad. El equipo es sumamente confiable si se usa de la manera correcta, es decir, como lo sugiere cada fabricante. Ellos conocen mejor que nadie sus productos y son quienes determinan cuáles son los usos correctos e incorrectos y cuáles son sus capacidades y limitantes, entre mucha más información.

Asegurar de manera confiable y segura (aunque sea redundante) es nuestra obligación y no se reduce a la cordada, sino que es extensivo a todas las personas que nos rodean. En la escalada no existen sistemas “automáticos” a los que podamos confiar nuestras vidas, la seguridad está en nuestras manos y como tal debemos asumir dicha responsabilidad. Dicen por ahí que “detrás de un gran encadene, siempre hay un gran asegurador” y así debería ser.
Practicar nuestra actividad de manera segura es igual de divertido.

